70
LORD MACAULAY.
los Obispos, y
alli
residían Cudworth yEnriqu
More~
South y Pococke, Jane y Aldrich residían en Oxford,
Prideaux: en el claustro de
orwich, y "'Whitby en el
de Salisbury. Pero la reputación de elocuencia y de
saber del clero anglicano la sostenia el de Lond.r s
principalmente, mereciendo por ello que se hablara
de él como de una clase aparte.
i podía tampoco ser
de otro modo, pues los principales púlpitos de la ca–
pital los ocupaban á la sazón hombre por extremo
notables, entre quienes y en gran parte se designaban
las altos dignatarios de la Iglesia: herlock predicaba
en el Temple; Tillotson en Lincoln's Ion; Wake
y
Jeremias Collier en Gray's !no; Burnet en los Rolls·
Stillingfleet en la catedral de San Pablo; Patrick n
San Pablo, barrio de Convent-Gardeo; Fowler en an
Gil de Cripplegate; Sharp en
an Gil
i1i tl1e
Fields;
Teinson en
an Martín; Sprat en anta Margarita,
y
Beveridge en San Pedro, de Cornhill. De estos doce
oradores, todos ellos personajes de fama en la historia
eclesiástica, diez llegaron á obispos
y
cuatro
á
arzo–
bispos. Al propio tiempo las únicas obras teológicas
de cuenta que produjo el clero del campo fu eron las
de Jorge Bull, que fué más adelante obispo de Saint
David,
y
sin embargo no hubiese podido Bull producir
nunca sus obras
á
no haber heredado una ftoca, que
vendió para ir adquiriendo con su producto una bi–
blioteca verdaderamente considerable (1).
Como se ve, hallábase dividido el clero anglicano
en dos clases, que diferían grandemente una de otra
en conocimientos, costumbres
y
posición social: la de
(1) Nelson.
Llfe o( Bull.
En orden
!l.
la
diflcult.adextrema que
tenia el clero del campo para procurarse libros, véase 111
Vida d.,.
Tomáa Bray,
fundador de la Sociedad para la propaganda del
Evangelio.