REVOLUCIÓ
DE lNGLATF:RRA.
5l
Carlo II que ningún propietario los tenía en cuenta
para calcular el valor de sus propiedades; al presen ·
te
(1)
181 parte de Cornuallia y de Gales dan cerca de u,n
millón y quinientas mil toneladas al año, que yalen
millón y medio de libras, es decir, el duplo próxi–
mamente de lo que produclan en igual período de
tiempo todas las minas inglesas en el sig·lo xvu. La
primera capa de sal gema se descubrió en el Chelshire .
poco después de la restauración; mas no parece que
hubo de explotarse
á
la sazón de una manera conve–
niente, pues la que se sacaba de las salinas por me–
dios groseros era poco estimada de los naturales del
país; como que las calderas en las cuales se preparaba
despedían un olor sulfuroso insoportable,
y
cuando
concluía la evaporación apenas si la sustancia que
se obtenía era susceptible de combinarse provecho a–
mente con los alimentos; atribuyéndose por los médi–
cos las enfermedades pulmonares y escorbúticas, tan
frecuentes entonces en Inglaterra, al uso de la insa–
lubre fabricación de la sal. De aquí que las clases bien
acomodadas hicieran poco empleo de ella, y que se
importase generalmente de Francia una cantidad
considerable para el consumo. Ahora, las fuentes y las
minas de sal de Inglaterra, no sólo bastan al enorme
gasto que se hace de esta sustancia en la Gran Breta–
ña, sino que proveen al extranjero con más de set e–
ci.entos millones de libras al año , de inmejorable ca–
lidad (2).
(l)
Borla~e:
Natural history of Co,.nwall,
1158. He tomado estas
noticias respecto del rendimiento actual del cobre en loa informes
de las Cámaras. En 1110 estimaba Davenant que los productos
anuales de la riqueza minera de Inglaterra oscilaban enLre 700 y
800.000 libras esterlinas,
(2)
Philo:ophical T;·an1actiom,
num, 53 , noviembre de 1669:
núm.
66,
diciembre 1670; núm. 103, mayo 16'14; núm.
156,
febrero
1683-84.