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LORD MACAULAY.
cual no hacían uso sino las personas ricas, dos millo–
nes de esta medida. Carlos Davenant, politico sa–
gaz
y
bien informado, aunque rencoroso
y
falto
de principios, si bien difiere de King en algunos
puntos, conviene con él en las conclusiones gene–
rales (l).
Escasos é imperfectos eran los conocimientos agrí–
colas á la sazón.,pues si bien sabían los labradores
in–
gleses que algunas legumbres recientemente impor–
tadas del extranj ero, tales como el nabo, proveían
de buen alimento en invierno
á
los carneros
y
las va–
cas, aun no se habían acostumbrado á darles ese pas–
to, resultando de aquí que, por no ser fácil hacerlos
vivir en invierno cuando está escasa la hierba, no
bien comenzaba la estación de los fríos los mataban
y
~alaban
en cantidad considerable,
y
por tal modo,
durante muchos meses, las mismas clases favoreci–
das de la fortuna carecían por completo de carne fres–
ca, excepción hecha de caza
y
pesca, que constituían.
de consiguiente artículos de mayor importi¡,ncia que
no ahora. Vemos en el libro de gastos domésticos de
la casa de Nortburmberland que bajo el reinado de
Enrique VII las personas de calidad adscritas á la
casa de un Grande no comian carne fresca sino du–
rante el corto intervalo que media entre San Juan
y
San Miguel. Empero se verificó una mejora impor–
tante en doscientos años, cual fué la de que bajo Car–
los II no hicieron ya las familias sus provisiones de
carne
s~la:da;
que se llamaba entonces carne de·San
Martín, sino á principios de diciembre (2).
Los carneros
y
vacas de aquel tiempo eran peque-
(1) King:
Natural and Political conclu•ions,
y
Davenant:
Tlle
balance o{ trade.
(2) Véa.nse los. Almanaques de 1684
y
l685.