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LORD MACAULAY.
les los Príncipes y los Grandes de las naciones veci–
nas mostrarían tanto afán por adquirir caballos in–
gleses, como los ingleses mostraban entonces por ad–
quirirlos de Berbería! (1)
XII.
RIQUEZA
~UNERA
DEL PAÍS.
Con ser muy considerable ei acrecentamiento de
los productos del suelo inglés en los reinos vegetal y
animal, es corto comparado con el de la riqueza mi–
neral. En 1685, el estaño de Cornuallia, que más de
dos mil años antes fué parte á que los marinos de Tiro
franquearan el paso de las columnas de Hércules en su
busca, seguía siendo uno de los productos subterrá–
neos más preciosos del país: algún tiempo después
llegó á ser la cantidad extraída de las minas de
mil
seiscientas toneladas; hoy día (1848) es del triple (2).
En cambio, los veneros de cobre que. se hallan en la
misma región estaban de tal modo abandonados bajo
(1) Véanse. como antes. B:ing y Davenant.-El Duque de New–
c&.stle:
On horsemanship.-Gsntlem an'• Rscrsalio11 ,
1686.
Las yeguas
tordas de Flandes se consideraban en tiempo de Pope, y mucho
después todav1a, como mueska de la riqueza de quien las ·poseía;
pudiendo acaso suponerse que el adagio vulga1· que dice: •La ye–
gua torda es· el mejor caballo• (The grey mare is the better horse),
haya tenido su origen en la pl'eferencia que ee daba generalmente .
á
la.s yeguas tordas de Flandes sobre los mejores caballos ingle–
ses de tiro.
(2)
Véase una intaresante nota de Tonkin, en la edición publi–
cada poi•
lord De Dunstanville de la
.Siirvsy of Cornwall,
de
Carew.