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LORD MACAULAY.
por tanto, decirse que
~n
la generación anterior
á
Ja
Revolución, el obrero que trabajaba en Ja más impor–
tante de las manufacturas inglesas se cónsideraba
muy bien pagado cuando recibía seis chelines sema–
nales.
LIII.
TRABAJO DE LOS NIÑOS EN LAS FÁBRICAS.
No parecerá inoportuno mencionar aqüi Ja costum–
bre de dedicar los niñoi::, desde edad muy temprana.
Sólo copiaré algunos versos. El maestro tejedor es quien habla
In former ages we u sed to give
¡:o that our workfolks like fa rme rs did Jive;
· But tlle times are changed, we will make them know.
· We
~viÚ ~ake
thecii to
~ork h~rcÍ fo~ sixp~née
á
d~y
Though a shilling they deserve
if
they had their just pay;
If
at ali they murmur Hnd eay't is too small,
We bid them choose whether they'll work at all.
And thus we do gaiu all our wealth :rnd estate,
By many poor roen t hat work early aud late.
Then. l\ey fo r the clothin t rade!
J
t goes ou brave;
We scorn for to toyl anrl moyl, nor yet to slave.
Our workmen do work hard, hut we live at ease.
We go when we will, ª"d we come wh<!n we please.
(Con lo que antes acostumbrábamos á pagar, vivían nuestros
obreros como hacendados. Pero los tiempcs han cambiado,
y
e3
precise que lo tengan presente..... Les haremos trabajar como es–
clavos por seis peniques al dia, aun cuando en justiciA merezcan
un chelín, y si acaso murmuran y di cen que es muy poco, les
diremos que elijan entre hacerle. 6 marcharse. De este modo con el
trabajo de muchos infelices nos haremos ricos y poderos<>s. Viva,
pues, el comercio de paños, ya que tan bien nos va con él. No
tenemos que trabajar ni hacer nada, ni siquiera estar sujetos.
Mientras nuestros obreros t rabajan día y noche. vivi mos
á
nues–
tro gusto: cuando queremos salimos, y volvemos cuando nos
place).