REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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pleaba dos cli as en recorrer la distancia que separa
·-estas dos ciudades. Los viajeros dormían en Beacons–
field. Pero en la primavera de 1669 se introdujo · una
grande
y
atrevida innovación . A.nuncióse que un co–
-che, titulado
coche volante,
haría el viaje entre la sa–
lida
y
la puesta del sol. Esta arriesgada empresa fué
examinada con toda solemnidad por los Doctores de
la Universidad,
y
parece haber excitado el mismo in
t erés que en nuestros días la inauguración de un
nuevo ferrocarril. El Vicecanciller de la Universidad
hizo anunciar en todos los sitios públicos la hora
y
el
lugar de la partida. El éxito del experimento fué
completo: á las seis de la mañana el coche partió de
frente á la puerta del colegio de APsouls, y
á
las siete
de la tarde los aventureros, que habían corrido el pri–
mer riesgo, se apeaban, sanos
y
sahos, en su posada
de Londres (1). Esto despertó la emulación de la Uni–
versidad de Cambridge,
y
muy pronto se estableció
una diligencia que, en un día también, recorría el
trayecto que media entre Cambridg·e y la capital.
A finos del reinado de Carlos II los coches volantes
salían tres veces por semana de Londres para las
principales ciudades; pero ninguno de estos coches.
n ingún carro de carga, iba más allá de York por el
Norte, ni de Exeter por el Oeste. La jornada ordinaria
de los coches volantes era de unas cincuenta millas
en verano; pero en invierno, cuando los caminos se
hall aban en mal estado y las noches eran larga:;:, ape–
nas andaban treinta. Los coches de Ohestcr, de York
y
de Exeter llegaban generalmente
á
Londres en cur.–
tro días en la buena estación, pero en invierno no ha–
cían el viaje en menos de un a semana. Los viaje ro::::,
(1) Anthon y
á
Wood's Life of himeelf.