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LORD lliACAULAY.
caballo,
y
cuatro peniques por un coche
y
guía. De–
esta manern, si los caminos estaban buenos, se podía
viajar durante bastante tiempo con tanta
rapide~
como no se conoció nunca en Inglaterra ha ta que
los coches no fueron movido por el vapor. Aun no
había sillas de posta,
ni
los que viajaban en sus.
propios coches podían obtener la reg ularidad en el
cambio de tiro. El Rey, sin embargo,
y
los grandes
dig·natarios tenían siampre pronto el cambio . Así Car–
los II empleaba generalmente un día en ir de Wbite–
hall á
1
ewgate, que distarán unas ciricucnta y cinc<>
millas de camino llano, lo cual era mirado por sus
súbditos como extraordinaria rapidez. Evelyn hizo
el mismo viaje en compañía del lord tesorero Clifford
~
·
el coche era tirado por seis caballos, que se mudaban
primero en Bishop Stortford y luego en Chesterford.
Los viajeros llegaban de noche á Newmarkt. Esta.
manera de
iajar se consideraba entonces como un
lujo reservado á los Príncipes y á los Ministros (1).
XXXVIII.
LADRO E DE CAMINO REAL.
De cualquier modo que se iajase,
á
no ser muy nu–
merosos los viajeros é ir muy bien armado , corrían
inminente rie go de ser detenido y robado en el ca–
mino. Los bandidos de
á
caballo que nuestra genera-
(i)
Chamberlayne's,.
tats of B nglawi,
1684. )iortb's.
Exa~n .
105.
EveJyn·s,
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octubre, 9
y
HJ,
1671.