REVOL CIÓN DE 1 'GLATERRA.
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bres lo que robaba á los rico ; que en una ocasión le
había perdonado el Rey la vida, ma como volviese á
sus antiguas maña , fué cogido nuevamente, mu-·
riendo al fin en 1685 en la cárcel de York
(1).
De
Olaudio Duval, paje francés del Duque de Richmond,
se contaba que, habiéndose echado al camino, ll egó
á
ser capitán de una formidable gavilla, y tuvo el ho ·
nor de que su nombre fig ura e el primero en un pre–
gón r eal contra los más famosos bandidos . Habiendo
detenido,
á
la cabeza de su banda, el coche de una
dama, donde había UIJa presa de cuatrocientas libras
esterlinas, se contentó con tomar ciento, permitiendo
á
la bella prisionera rescatar lo demás con tal de bai–
lar con él un rato sobre el césped. Decíase también
que su cortés galantería le rendía el corazón de todas
las mujeres; que era por su destreza en el manejo de
la e pada y la pistola el terror de todos los hombres,
y que al fin, mientras estaba borracho, fué cogido en
1670.
Damas de alto rango le visitaron en la prisión , y
con lág rimas en los ojos intercedian por su vida, y el
Rey le hubiera perdonado
á
no ser por el juez Morton,
que era el terror de los bandídos, quien tlijo que re–
signaría su cargo si no se cumplia estrictamen te la
ley. Después de la ejecución el cadáver fué expuesto
(1) Gent's
Ilistory of Yoi·k.
Otro bandido, también muy popu–
lar, ll amado Biss, fué ahorcado en Salisbury en 1695. En una ba–
lada que se encuentra en la Biblioteca de Pepys, se defiende él
mismo ante el juez de este modo:
What say yon now, my bonoured Lord,
What barm was there in t his'?
Rich, wcalthy misera were abhorrecl
By
brave, freehear ted Bisa.
(¿Qué decís ahora, ilustre señor; qué daño había en esto? Los ri–
cos miserables eran aborrecidos del bravo y liberal Biss.)