muestra en toda su grandiosidad de espa–
cios abiertos y de cadenas montañosas que
los confinan. En el aymara y en sus des–
cendientes cruzados o puros, perdura el
ancestro: consecuencia de la milenaria con–
jugación de la sangre y su cosmos: el
hombre y la tierra ligados
ab-origene.
És–
ta es nuestra verdad o, si se quiere, nuestra
A los indios desde épocas pretéritas y
a los mestizos después, se nos ha llamado
callas
por ser hijos de esta tierra y así aún
nos llaman porque somos andinos, hombres
de una región que, como en pocas, el te–
rruño, su
genius loci,
tiene poderes afir–
mativos. Una de las
expre~iones
represen–
tativas de la energía colla es la presencia
Tipo poblador de la comunidad collana.
.fatalidad. Verdad que late en nuestras en–
trañas y. fatalidad que debemos aceptarla.
Nuestros viejos antepasados fueron posee–
dores de virtudes que bien pueden paran–
gonarse con las de aquellos pueblos anti–
guos creadores de culturas. Han incorpo–
rado el paisaje andino -con sus riquezas
y sus productos-, a los dominios univer–
sale~.
El hombres prehistórico, de esta
parte del Continente, ha domeñado al An–
de. Lo ha poblado, ha penetrado en sus
secretos, ha horadado sus montañas. El oro
y la plata que extrajo de sus minas, desde
los tiempos precolombinos y durante la
Colonia, influyeron en la formación de la
era mercantilista que transformó, funda–
mentalmente, la vida europea.
41
de esta ciudad. Distante de los ·mares, en–
clavada en un seno de los Andes, ha des–
collado en la Historia de una nación, por
su civismo y su espíritu libertario, hasta
alcanzar la capitalidad. Toda vez que Bo–
livia confrontó agudos problemas políticos
que afectaron a su d·estino; cada vez que los
tiranos ensombrecieron la vida nacional,
cúpole a La Paz la misión de reconquistar
las libertades perdidas, ofrendando, gene–
rosa, su sangre. Ciudad viril y rebelde en
las luchas por la emancipación; ciudad
sacrificada y mártir, cuando los opresores
se ensaña.ron con ella: de sus calles y pla–
zas insurge el poder multitudinario para
abatirlos. Ésta es su ejecutoria y así cum-