Table of Contents Table of Contents
Previous Page  60 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 60 / 554 Next Page
Page Background

naciones del Collasuyo. A Chuquiago le co–

rrespondió ser el foco de una conspiración

e insurrección contra Apumaita dirigida por

el inflexible Tintuyu. Este caudillo revolu–

cionario, un verdadero

Willca,

que así se

nombra en aymara a los jefes insurrectos,

opuso r-esistencia al general cuzqueño. Li-

ELSgSTO

Uturunco, uno de los caciques dentro de cuyas tierras

se fundó La Paz, según un dibujo de Guaman Poma

de Ayala.

bró, contra su ejército de trece mil hombres,

un sangriento combate en

]ichucollu

-uno

de los cerros de esta cuenca-, siendo ven–

cido.

Los

chuquiagos

venían revelándose, ya

entonces, como los más obstinados defen–

sores de su autonomía. Llegaron a aceptar

el

tránsito de las tropas incaicas rumbo al

sur como una condición de que se respetase

su libertad. Negociaron, pero no se some–

tieron.

Tal era su decisión por vivir obedecien–

do sólo a sus propios designios que no to–

leraban que ni aun otras naciones aymaras

intentasen humillarles. Rechazaron, victo–

riosos, un asedio de los

Umasuyus,

arroján–

dolos hasta su distrito.

Pueblo que se formó gracias a sus pro–

pios esfuerzos, pueblo con tradición heroi-

38

ca, debió ser motivo de serias preocupacio–

nes para los gobernantes del Cuzco. En la

rebelión de Useawillca contra el Inca Yu–

panqui, sus lugartenientes Yanawillca

y

To–

jellowillca invadieron el Collasuyo. Llega–

ron hasta Chuquiago, cuyos habitantes, aún

conociendo la tendencia divisionista de la

guerra civil, no se avinieron a someterse a

los jefes rebeldes. Es posible que la inten–

ción de éstos fuera imponer la leva de com–

batientes contra el poder legítimo, pero ello

significaba someterse a decisiones extrañas

y no la consintieron. Arrollados en la re–

sistencia que opusieron, el pueblo fué in–

cendiado y destruído por el furor de los

jefes cuzqueños despechados. En su marcha

punitiva para reducir a los rebeldes, el In–

ca Yupanqui llegó hasta Chuquiago.

Las crónicas de la

marca

durante el In–

canato señalan otra rebelión contra los avan–

ces imperialistas del Cuzco. Fué

Mallcu

el

líder indígena de la resistencia, nacido en

el pueblo

y

a quien bien puede señalársele

como a un libertador. Los

chuquiagos,

en

esta verdadera revolución, no sólo depusie–

ron a las autoridades que representaban al

Inca, sino que les dieron muerte. Se alista–

ron después en las tropas de

Kari,

el jefe

supremo de los eolias. Esta revolución de

vastos alcances, ya que comprendía una zo–

na extensa del Collasuyo, terminó con la

derrota de

Kari,

que fué hecho prisionero.

P·ero tuvo repercusiones favorables, pues,

se celebró un tratado -el de Chucuito–

que acordó un trato más liberal a los co-

llasuyus.

·

Todos estos hechos, que pertenecen a la

protohistoria de la

marca

chuquiaguina,

nos demuestran cómo el habitante de esta

cuenca tuvo, desde tiempos inmemoriales,

un acusado s·entido de la libertad. Rebeldes,

osados contra los invasores, celosos de su

independencia, bravíos en la lucha, sabían

que todo intento de subyugarlos, toda ofen–

sa, debía lavarse con sangre. El colla de es–

te pueblo tiene la psicología del montañés·.

Es concentrado, cauto, inflexible en sus de–

cisiones. De él nacieron Mallcus, Willcas,