Quienes partieron de la hoya del Titicaca
fueron portadores d·e conocimientos, de
formas de organización agraria, de normas
de convivencia, de costumbres civilizadas,
que las habían adquirido en el decurso de
su propia evolución cultural. No puede exis–
tir otra explicación valedera aoerca de los
orígenes del llamado Imperio Incaico.
Todos los mitos sobre los primeros tiem–
pos d-el lncario son parecidos y concuer–
dan en que sus fundadores partieron de]
sur, es decir, del Titicaca. Tal el mito de
los hermanos
Ayar,
nombre que en la len–
gua aymara tiene todos los caracteres de
una palabra clav·e, pues
~ignifica
portador.
Los
Ayar
como muchos otros personajes
legendarios habrían tomado tal nombre o
fueron así llamados, por la misión que les
cupo cumplir. Serían, entonces, los porta–
dores de la sangre y del espíritu del pueblo
que protagonizó una cultura.
En la zona central de la América del Sur,
allí donde los Andes alcanzan su expresión
orográf~ca
más vigorosa, en la meseta que
circundan, se ha gestado una cultura pre–
histórica. Su centro de convergencia y foco
de difusión fué Tiahuanacu. Esta cultura
ha sido el germen de varias civilizaciones,
entre ellas la Incaica. Los restos arqueo–
lógicos descubiertos en toda la extensión
continental que abarca los territorios de
Bolivia, el Perú, el Ecuador, el norte
argentino y parte de Chile, constituyen la
prueba irrebatible. La toponimia, en todo
este dilatado territorio, que corresponde a
la lengua aymara principalmente, es otra
demostración, por demás elocuente, de dicha
expansión cultural. Si a ello añadimos los
resultados de las investigaciones de la so–
ciología arqueológica y las correlaciones a
establecerse, conforme a las teorías
c~ltu
rales, dispondremos de los suficientes ele–
mentos de juicio que exige el rigor cientí–
fico, para respaldar estas afirmaciones.
Esta vez, y en relación al tema de este
ensayo, hay que referir:.e a las posibles for-
mas sociales que, en su crecimiento y modi–
ficaciones, han constituído las unidades que
sirvieron de núcleos a las primitivas socie–
dades suramericanas, que les permitió al–
canzar grados de civilización, que culmi–
naron en una cultura.
Lewis H. Morgan sostiene que en las or–
ganizaciones definidas y sistemáticas de la
Reconstrucción imaginaria de un monumento
incásico, según Valentín Adriázola.
sociedad existen dos "planos" -que para
mejor comprensión, se podría llamar ins–
tancias-: "La primera y más antigua, fué
una
organización
social, asentada sobre
gentes, fratrias
y tribus. La segunda y
posterior en tiempo, fué una
organización
política,
asentada sobre territorio y propie–
dad". Añade que en la primera "instancia'',
se creó una sociedad gentilicia, de relacio–
nes puramente personales y, en la segunda,
se instituyó "la sociedad política, en
la que el gobierno actuaba sobre las per–
sonas a través de relaciones territoriales,
v. g.: el pueblo, el distrito y el Estado".
¿Cuál fué la forma de organización social,
de la que pudo partir el proceso de creci–
miento de las primeras agrupaciones en la
.meseta? Superados los estados de salvajis–
mo y barbarie, los habitantes de la hoya del
Titicaca alcanzaron una forma social per–
durable, basada en el vínculo consanguí–
neo: el
ayllu.
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Bautista Saavedra, que estudió esta típi–
ca forma de asociación en un libro de lumi–
nosas elucidaciones para la sociología
americana, sostiene que el
ayllu
se identi-