Según su biógrafo D'Arlach, que lo co–
noció personalmente, Morales "era un hom–
bre vivo, ameno
y
jocoso en la conversación
familiar. Predominaba en él d tempera–
mento bilioso que, a veces, hacía arrebata–
-do su carácter por lo regular afectuoso".
Físicamente "era de muy alta estatura
y de majestuoso continente, rostro moreno
que hacía contraste <;:on sus ojos enteramen–
te azules. Su ancho pecho, su hercúlea cons–
titución y unos enormes bigotes y espesa
barba, hacían más imponente su presencia".
Inv·estido del mando supremo,
apen~s
tuvo
tiempo para reorganizar las .instituciones
patrias que habían sido canceladas por la
.dictadura de Melgarejo. Decretó la devolu–
dón de las tierras de comunidad a los in–
dígenas, convocó a una Asamblea Constitu–
yente, ordenó la apertura de un juicio na–
cional contra los funcionarios del sexenio
y sustituyó la emisión de la moneda "mel–
garejo" con la del peso boliviano. Además,
llevado por ideas del más radical liberalis–
mo, proclamó la histórica fórmula de
"más
libertad
y
menos gobierno".
"La República comenzó a respirar eFe–
yendo gozar de garantías y esperando un
porvenir venturoso después de los días luc–
tuosos del sexenio; la actitud del gobierno
así lo presagiaba; pero no tardó en desen–
gañarse". El temperamento nervioso y vio–
lento de Morales, pronto le llevó a desco–
nocer las prerrogativas del Parlamento, lo
·que venía a poner en mengua sus pr·estigios
de buen soldado.
Morales nació en La Paz, el 11 de mayo
de 1808. Era hijo de los españoles Pedro
Morales y Antonia He·rnández, s·egún parti–
da registrada en los archivos de la parro-
quia del Sagrario.
·
Sentó, pues, plaza entre los fundadores
del ejército boliviano, adquiriendo reputa–
ción de valiente, confirmada durante las
campañas de la Confederación, en que fué
citado como "valiente entre los valientes".
Después de lngavi, ascendió al grado de co–
ronel, desempeñando la Comandancia Gene–
ral de Potosí y Cochabamba, resp'ectivamen–
te. Y cuando Ballivián dimitiera el mando
supremo, Morales se estableció en Cocha–
bamba, donde organizó una casa comercial
de importancia, la cual sería saqueada por
la plebe belcista en marzo de 1849. Pre–
sentó una reclamación ante el Congreso
pidiendo la indemnización de ciento sesenta
y siete mil pesos; le fué negada, "por in–
fluencias de Belzu", como él creía. Esto le
inspiró la idea de la venganza. Y pasando
de los dichos a los hechos, el 6 de septiem–
bre de 1850 atentaba contra la vida del pre–
sident·e Belzu en Sucre. Quiso proclamar un
motín; pero no hallando respaldo alguno,
huyó del país. Fué condenado a muerte.
Como consecuencia, vivió proscrito hasta
1857, en que pudo volver al país a raíz de
la revolución de Linares, bajo cuyo gobierno
desemp·eñó diversos cargos políticos, hasta
que se produjo, en 1861, el golpe de estado
contra aquel dictador. Más tarde, tomó par–
te en la revoluciÓn de Melgarejo y defen–
dió su tiranía, lo que le valió el ascenso
a general de brigada. Empero, celoso Mel–
garejo de su popularidad, hízole apresar y
condenar a muerte por "conspirador incon–
ciliable". Gracias a las influencias de varios
militares, trocó la pena por la de confina–
miento a Caupolicán, de donde Morales
fugó al Perú, aceptando, después, el cargo
de cónsul en el Callao ( 1867).
Fué en esta situación cuando los pueblos
del norte de Bolivia le llamaron pará que
acaudillara el levantamiento que debía es–
tallar contra Melgarejo. A su llegada a La
Paz, mientras el tirano se hallaba ensan–
grentando a la heroica Potosí, Morales fué
aclamado por el pueblo. Días después, el
15 de ·enero de 1871, en compañía del doc–
tor Casimiro Corral y de otros prestigiosos
"Su niñez desamparada, al decir de Ar–
guedas, teniendo que rodar de casa en casa
para ofrecerse y servir como doméstico, las
durezas de la vida, el mal trato de sus pa–
trones, debido quizás a la mala índole de
-su
car~cter,
le habían empujado al cuartel
desde muy joven, pues a los 16 años era
-soldado ... ".
330