c1on, de la hacienda
Ñucclw,
donde,
46
años antes, había ido a curar sus heridas el
Mariscal Sucre.
GENERAL JOSÉ MANUEL PANDO
(1848- 1917)
A partir de
1874,
se sucedieron los go–
biernos d·e Frías y Daza, primeramente. Vi–
no en seguida la guerra del Pacífico. Y lue–
go pasaron por el gobierno los señores Nar–
ciso Campero, Gregorio Pacheco, Aniceto
Arce, Mariano Baptista y Severo Fernández
Alonso. En la administración de este últi–
mo, estalló la revolución federal (
1898).
La Convención Nacional instalada a raíz
del triunfo de las armas federales, eligió
presidente constitucional de la República al
general José Manuel Pando, militar d·e lar–
ga y meritoria actuación.
Pando nació en la pintoresca villa Luri–
bay, capital de la provincia Loaiza, el 27
de diciembre de
1848.
Al cumplir sus cin–
co años, sus padres, don Manuel Pando y
doña Petrona Solares, lo llevaron a la ciu–
dad de La Paz. Estudió en
d
colegio· Semi–
nario, donde obtuvo el título de bachiller en
letras a los
16
años de edad.
Preparábase para iniciar estudios univer–
sitarios, cuando estalló la revolución popu–
lar de
1865,
aéaudillada por el general
Casto Arguedas, contra Melgarejo. Pando se
enroló en las filas juntamente con casi toda
la juventud de La Paz. Combatió en Le–
tanías,
y
al ser derrotado el ejército cons–
titucional, s·e retiró a Luribay, al lado de sus
padres. En marzo de
1866,
ingresó en la
Facultad de Medicina, cursando hasta el 6Q
::~ño;
pero nuevamente se vió obligado a in-
terrumpir sus casi concluídos estudios para
tomar parte en la sangrienta revolución del
15
d·e enero de
1871,
en que fué derribado
el tirano del sexenio.
Esta vez, su ingreso en el ejército fué
definitivo. Por entonces contrajo matrimo–
nio con doña Carmen Guarachi. Obtuvo sus
grados militares por merecimientos perso–
nales, hasta el de teniente coronel (
1875).
Cuando llegó Daza al poder, se negó a con–
tinuar en la carrera,
y
"arrinconando" su
espada en señal de protesta, se fué al valle
de Araca, donde se dedicó a
las faenas
agrícolas.
Es ·en esta situación que, en
1879,
le sor–
prendió la guerra con Chile. Fué uno de los
primeros en alistarse en el ejército. Asistió
a los combates
y
bombardeos del puerto de
Arica producidos en los últimos días de fe–
brero de
1880.
Viajó ·en seguida a Panamá
para recibir una importante partida de ar–
mamentos destinados al Ejército Aliado. El
cumplimiento de esta misión, le valió felici–
taciones
y
aplausos de la prensa
y
de los
gobiernos de Bolivia
y
el Perú. Tomó part·e
en la batalla del Alto de la Alianza, al fren–
te de sus baterías del Regimiento Artillería
de Montaña, hasta caer herido.
Fué un militar sobresahente
y
un hábil
escritor humorístico. La política lo tomó a
partir de
1884.
Colgada otra vez su espada,
se dedicó a la ingeniería
y
al negocio de
minas. Fué diputado, senador
y
candidato
a la vicepresidencia de la República. Te–
nazmente perseguido por opositor al go–
bierno de Pacheco, fué apresado más de una
vez y deportado a la región Ixiamas, de
donde pudo salir navegando los ríos Beni
y Madera, después de haber realizado no–
tables ·estudios y exploraciones. Luego hizo
una gira por la América del Sur, recorrien–
do el Brasil, las Antillas, Venezuela, Co–
lombia, Ecuador y Perú.
Por decreto legislativo de 26 de octubre
de
1891,
se le encomendó el estudio de los
rí~s
Tejeque e lnambary, la determinación
geográfica de los ríos Hundumo y Madidi,
la exploración del lnambary hasta su con-
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