en medio de los
sedicioso~,
crucifijo en .
mano, los tranquilizó y dispersó sin otras
consecuencias.
EL úLTIMO DíA .•.
El Virrey La Serna había enviado para
ocupar La Paz al general Pedro Antonio
Olañeta, en cuyas calles libró éste un
·~n
camizado combate con la división del ge–
neral Lanza, a quien logró derrotar, infor–
mando después al Virrey: "Con esta ope–
ración se halla esta capital y sus contornos
en
absoluta tranquilidad
y puede tener V. E.
la satisfacción de que la
provincia disfru–
tará de una paz completa
y
duradera...",
etc. ¡Cuán equivocado andaba el General!
Ni siquiera advertía que, junto a él, su
propio secretario. y sobrino, el doctor Casi–
miro Olañeta, en forma muy reservada
pero intensamente, venía trabajando por la
independencia, "provocando la desunión
entre los jefes y tropas para hacer feliz la
América".
Después de designar gobernador interi–
no a don José de Mendizábal e Imas, que
fué en La Paz la última autoridad políti-
'
.
'
ca, Olañeta se puso en campaña, el 25 de
septiembre de 1823, contra las fuerzas del
general Lanza, a quien logró derrotar en
J alsuri el 16 de octubre, situándose des–
pués en La Paz donde estableció su cuartel
general, y desde aquí siguió actuando du–
rante los estertores del régimen español,
siempre en persecución de patriotas y gue–
rrilleros paceños, hasta el mes de enero
de 1825.
A fines de noviembre de 1824, el coman–
dante
F~ancisco
López, con el escuadrón
de su mando, abrazó la causa libertaria,
incorporándose al ejército de Lanza, que
actuaba en Yungas.
A la noticia de la aproximación del ejér–
cito independiente de Lanza, Olañeta aban–
donó precipitadamente la ciudad y el 29
de enero de 1825, exactamente a los quin–
ce años del suplicio del Protomártir Muri–
llo y de sus compañeros. El gobernador-in–
tendente de La Paz, don José Mendizábal e
Imas abandonó definitivamente esta ciu–
dad, así como Sánchez Matas, que fué el
último obispo de la diócesis colonial de
La Paz.
El calendario histórico americano mar–
ca, pues, este día, 29 DE ENERO DE 182!1,
como el último de la dominación española
en esta heroica, fiel y abnegada ciudad de
La Paz abriéndose desde este momento una
nueva era en su Historia.