incontenible energía diseminaron por el
Nuevo Mundo la chispa emancipadora, que
es acción de reivindicaciones y que con Ju–
lio de aquel año se vanagloria a justo títu–
lo de ostentar ante el mundo el primer sa–
crificio de la Revolución. La cabeza san–
grante clavada en la picota del Alto de
Potosí, es no sólo una sublime realidad
"Una ojeada general a tal biblioteca, re–
vela en su propietario, una cultura jurídica
y general muy superior a la corriente. Ma–
nuel María Pinto llama a Murillo: "especie
de cedulario de Indias ambulante, pues las
conocía, y acomodaba cuantas sobre estas
Américas se habían dictado".
"La primera impresión que hace esta bi-
Cañones fundidos por los patriotas paceños para la lucha revolucionaria. Actualmente se los
conserva en los Almacenes de la Alcaldía Municipal.
histórica, es sobre todo un .símbolo, un de–
rrotero para mostrar a los ·pueblos que no
hay sacrificio inútil si él trasunta una
fi.
nalidad ideológica. La Patria guardará con
ternura de madre estos despojos sagrados
y en la lejanía del azul infinito el coloso
de nevada testa será el guardián fiel de esas
cenizas que como las del ave de la leyenda
serán lumbre donde arda eterno el fuego del
patriotismo como inextinguible es la tea de
Murillo".
Los hermanos José y Humberto Vásquez
Machicado, ambos académicos de la Histo–
ria, decían, refiriéndose a la bibliot·eca de
don Pedro Domingo Murillo, de la cual
existe un inventario, y que fué secuestrada
por las autoridades españolas:
"Nada mejor para conocer cuál era la
cultura intelectual de don Pedro Domingo
Murillo, que el conocer qué libros poseía.
El catálogo de su biblioteca es el índice de
su conocimiento, y algo más, de sus inquie–
tudes espirituales, de sus actividades co–
tidianas en el ramo del saber:
(Sigue aquí el catálogo de una selecta
y bien nutrida biblioteca) .
blioteca es la de pertenecer a un jurista,
y de aquellos que no se atienen sólo al tex–
to ordinario d·e las leyes, sino que se aseso–
ran de libros de consulta y de interpreta–
ción. Pero tampoco era desconocida de Mu–
rillo la cultura de las letras.
"Una biblioteca como la de Murillo en
esos tiempos, con las dificultades de edi–
ción, transporte y costo d.e los libros, ade–
más de las restricciones para obtenerlos, es
algo tan admirable que asombra, máxime
en estas alejadas regiones, donde el contra–
bando era difícil por su mediterraneidad,
al revés de los puertos del Plata o del Pa–
cífico.
"Esa biblioteca, tal como se la ha deta·
llado, correspondería con las distancias
del tiempo y facilidad, a una de seis o ocho
mil volúmenes de un gran letrado de nues–
tros tiempos. Eso es de:r_nasiado significati–
vo. Revela en su propietario una gran cul–
tura intelectual y una gran inquietud sobre
los temas fundamentales del espíritu y la
vida. Ello abona sobre el valor moral y
sobre la personalidad de don Pedro Do-
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