Una escena de la revolución del 16 de Julio de 1809. ·
prolonga de oriente a poniente, de norte a
sur. Y pronto se desencadena la guerra en
todas partes. Quince años dura la pugna
heroica. Los patriota's de· La Paz, ejemplo
de sacrificio viven en todas las mentes y
nunca se extingue ni se extinguirá ese fuego
encendido por La Paz, cumpliéndose la pro–
fecía de Pedro Domingo Murillo, el primer
abanderado de la libertad. (Manuel Ca-
· rrasco. "Pedro Domingo Murillo, Abande–
rado de la Libertad").
Y siguieron a Murillo en el sacrificio:
Gr·egorio García Lanza, Melchor Jiménez,
Juan Basilio Catacora, Buenaventura Bue–
no, Mariano Graneros, Apolinar Jaen, Juan
Bautista Sagárnaga (a garrote) y Juan An–
tonio Figueroa. A este último, puesto ya en
el gaqote, no pudieron estrangulad?, por ·
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