La profecía de Murillo. (Óleo del artista Reque Merubia).
que permaneció -en La Paz, no tuvo un mo–
mento de descanso en perseguir, tenaz e
implacablemente, al pueblo todo, al que
<:reyó comprometido en los lamentables su–
cesos del 28 de septiembre.
Felizmente, nuevas hazañas de los prin–
cipales actores de la revolución libertaria
_hicieron necesaria la presencia del ejército
de Ramírez en el sud del bajo Perú, aban–
donando tan feroz realista la ciudad de La
Paz el 9 de noviembre de 1814.
Hacia mediados de noviembre de 1915,
cundió en La Paz cierta alarma en la po–
blación ante el rumor de que el general
José Miguel Lanza --el Pelayo boliviano–
que se había apoderado de los pueblos
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