Juana Parada
lgnacia de la Barra
Manuela Sagárnaga
Vicenta Eguino
Manuela Campos
Manuela Uriarte de Sanjinés
Falta en esta nómina el nombre de la
gran patriota doña Simona Josefa Manza–
neda, la hermosa jubonera que desempeñó
las comisiones más peligrosas, así en los
preparativos como en la revolución misma.
Probablemente cuando se confeccionó esta
lista, estaba desempeñando una de ellas.
Magnífica colaboradora de los patriotas, pe–
netraba en los cuarteles, portando sus men–
sajes, escondidos hasta en las presillas de su
amplia pollera; formaba clubes, aprove–
chando de que, por su belleza y su carácter
jovial, gozaba del aprecio general de los
artesanos, sobre los que ejercía decisiva
influencia.
La noche del 16, incitó al pueblo a lan–
zarse a la revolución. Después, huyó de la
persecuc10n de Goyeneche. :I{eapareció
cuando la llegada del primer ejército au–
xiliar argentino, recibiendo atenciones de
Castelli. Cooperó eficazmente en la jorna–
da del26 de septiembre de 1814. Pero cap–
turada por el feroz Ricafort, fué condenada
a muerte en afrentoso suplicio, exponién–
dosela desnuda, montada en un asno.
· He aquí los datos que sobre su simpática
silueta encontramos en Aranzaes: "alta, de
ojos negros, hermosa y simpática, cabellos
largos negros artísticamente peinados en
pequeñas trenzas que caían sobre las es–
paldas; de sus orejas pendían grandes are–
tes de oro con fina perla; jubón de seda
muy bien bordado, blanca camisa cerrada
por un par de botones de oro; sobre su pe–
cho ostentaba un rosario con cuentas de oro
alternadas con perlas; cubría sus espaldas
una hombrilla ( lliclla) artísticamente teji–
da de varios colores, cerrada sobre el pecho
por un prendedor (topo) de oro; cada uno
de sus dedos con anillos; una pollera de
cienhilos con lana, presillada desd·e la cin–
tura para abajo, debajo de las que se veían
en sus pies medias blancas . de hilo borda–
das, con zapatillas de cabritilla; completa–
ba su traje cubriendo su cabeza una mon–
tera de panilla negra con forro rojo, a guisa
de paraguas". (Diccionario Histórico del
Departamento de La Paz).
Esencia del movimiento revolucionario.
En el orden institucional, los revolucio–
narios establecen prácticamente un poder
legislativo con el nombre ' de
Junta Revolu–
cionaria
y
tuitiva de los derechos del Pue–
blo,
que se instala solemnemente el 24 de
julio y que está organizada con el siguiente
personal: Presidente, Coronel Comandante
don Pedro Domingo Murillo y vocales: don
Melchor León de la Barra, cura de Caquia–
viri; don José Antonio Medina, cura de Si–
casica; don Juan Manuel Mercado; don
Francisco Xavier Iturri Patiño, sochantre
de la Catedral; don SebasÜán de Arrieta,
tesorero de la real hacienda; don Gregorio
García Lanza, don Juan de la Cruz Monje
y Ortega, don Juan Basilio Catacora y He–
redia, don Buenaventura Bueno, don José
María de los Santos Rubio y don Fran–
cisco Diego de Palacios. Cuatro curas y ocho
seglares componen la Junta de Gobierno o
Junta Tuitiva.
El pueblo reunido aclama
ruidosamente a los miembros de la Junta.
Por encargo de Murillo, el cura de Sicasica ·
pronuncia un elocuentísimo discurso, y el
Presidente Murillo pasa en seguida revista
a las tropas del Ejército, que desfilan ante la
Junta.
El espíritu esencialmente republicano de
la Revolución del 16 de julio, arranca de
innumf"rables documentos suscritos por el
Caudillo, uno de los cuales --carta de Mu–
rillo a Clemente Diez de Medina- dice:
"Cansados de sufrir la odiosa dominación
española de tres siglos, los principales ve–
cinos de este pueblo
hemos resuelto poner
fin a tan ominoso estado.
Para llevar a ca–
bo esta obra hemos contado con su espada
templada en el fuego de las guerras napo–
leónicas. Sus nobles antecedentes y más que
todo su patriotismo a toda prueba
nos dan
fundadas esperanzas para creer que usted
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