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LOS CRONISTAS DEL PERU

. 21

éieza de León también nos

cu~nta

de cómo los quipucamayos contaban

a los hombres "más retóricos y abundantes de palabras" las hazañas del Inca

cuando éste moría, aunque nos dice

tam~ién

que Ji el gobemartte había sido

malo, lo callaban y perdían de la memoria, convirtiéndose así en una cróni–

ca e .historia oficial solamente

de

los buenos gobernantes, Émtendiéndose tam–

bién -que ñahía ''el juicio de los muertos" del antiguo Egipto, o juicio de re–

sidencia post mortem. Y esta tradición era tan continua,·que "por las bocas

de los unos lo sabían los otros,

9-e

tal manera, que hoy día entre ellos

cuem~

tan lo que pasó ha quinientos años, como si fueran diez".

Agrega' cómo estos quipocamayos "luego que era muerto el (rey inca),

al sucesor en el .imperio le decían, casi por estas palabras: "¡Oh Inca grande

y

poderoso, el Sol y la

Lu~a,

la Tierra,. los montes y los árboles, las piedras

y

tus padres te guarden de infortunio y hagan próspero, dichoso y l::¡ienaven–

turado sobre todos cuantos nacieron! Sábase, que las cosas que sucedieron

a tu antecesor 'son éstas". Y luego, en diciendo esto, los ojos puestos al

suelo y bajadas las manos con grande humildad le debana cuenta y razón de

todo lo que ellos sabían; lo cual podrían muy bien hacer, por que entre ellos

hay muchos de gran memoria, subtiles de ingenio, y de vivo juizi9, y tan

abastados de razones, como hay día somos testigos los que acá estamos e

lo ·oímos". (Señorío, cap. citado).

CAPITULO III

LA PINTURA TRADICIONAL

El cronista español don Pedro Sarmiento de Gamboa, al hablamos de

la

vida y hechos notables del Inca .Pachacuti Yupanqui, señala que él fué, no

sólo el gran conquistador y legislador sino el más grande amante de la tra–

dición imperial. Dice literalmente: "Luego (Pachacuti) hizo ayuntamiento ge–

neral en los más antiguos y sabios del Cusco y de otras .partes y con mu–

cha diligencia escudriñó y averiguó

l~s

historias de las antigile<;lades de esta

tierra, principalmente de los ingas, sus mayores, mandólo pintar, . y mandó,

que se conservasen por .la orden, que diie, cuando hablé del modo, que·

hube en el exam9!1 desta historia" (H. de los Incas). Ratifica esta afirmación

el cronista cusquéño Cristóbal de Melina, en sus "Fábulas y Ritos de

lo~

Incas", al manifestamos: "Y pára entender donde tuvieron origen sus idola–

trías, por que es así que éstos no usaron de escritura

y

tenían en una· casa

de el Sol llamada Ppquen Cancha, qu.e es junto al Cusco,

la

vida de cada uno

de

los

Inqas

y

de las tierras que conquistó pintado por sus fiquras en unas

tablas,

y qué origen tuvieron; y entre las dichas pinturas tenían assi mismo

pintada l'a fábula siguiente .. ," (se refiere al diluvio universal y otros

datos~ ,

El Virrey don Francisco de Toledo envió al Rey de Espafia cuatro paños

en los que iban pintados la genealogía y tradición incanas, qbra artístico-bis-

'

.