LOS CRONISTAS DEL PERU
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sifué bueno o malo, si
mé
valiente o cobarde, todo, en fin.
Lo
que se podía
sacar
de los
libros se sacaba de allí;
cómo fuese ésto, yo no lo entiendo ni lo
sé; esto es cierto
qu~ h~la
hoy lo hay y tratan de ello los viejos,
de lo cual
vine a saber
lo
más
que en este libro se ha puesto,
y en una doctrina de
~hica,
do:nde
.Luí ·
doctrinante, le
yÍ
a un indio Curag viej:o tener
~n
U..'l
cordel garmie .de-estos todo el Calendario romano, y todos los santos y fies–
tas
de
gururdar:
y
m~
dí6 a entender cómo
;y
de .qué manera lo .sabía, y que
a un frayle muy curioso de mí 9I'den los años pasados le habían
dicho~ se
lo
iba
diciendo iba el asentando en su
quipu.
Y así fué cosa de gran admiración
ver de la manera que el buen vieio se "entendía por él como si fueia por
papel y
tinta".
(Historia de los Ingas, cap. 25).
.
·
·
Pero muy interesante y revelador es lo
qu~
a continuación nos narra el
P. Morúa., respecto a la tinta que descubrió
~ntre
lps indios
y
la especie de
papel para escribir: "Aun si esta gente quisiera o h9-ya .guien le enseñara
a escribir, aunque no tenían tinta ni papel del nuestro todavía la tierra htibía
producido materiales con qué aprovecharse, por que un ái)Jol llamado
Xagua
da un afruta como zumo, es blanco al principio y luego poco a .poco
¡:¡é
va
tornando negro como tinta, con el cual los indios solían teñir su algodón, y
los españoies se aprovechaban
d~l
par escribir,_y no era mala la tinta,
alin–
que- también suelen hacer muy buena
Cc:)n tura y
1
corpa; y las plumas· hacían
de otro árbol llamado
copei,
del que sacan no sólo phimas, más_ aun papel
y tinta, y los primeros españoles se aproevcharon de . estos instrumentos
ct.iando les faltaban los propios,
por
que los
anti~os
'no escribieron con ·me–
jores materiales". ¿No trae esto el recuerdo de kelka de Montesinos?
También el minucioso jesuíta P. José de ·Acosta, que escribe comparati–
vamente las civilizaciones del Perú
y
de México, adem&s .de
escribirn~s
como
los otros los 'k'ipus, en forma detallada, nos habla de pintUTas entre los. in–
cas,· diciendo:
~"Fuera
de esta diligencia (la tradición oral), suplían
la falta de
escritur~
y letras, parte con pinturas como los de México,
aiunque las del Per&
er~n
muy groseras y toscas, parte y 1- omás, :con. quipus". "Yo ví un' rpane>io
de éstos hilos, en
qu~
una india traia escrita una confesión de toda su vida
(!)
y po :relols se·
c'~nf~~aba com~
yo lo hkier'ai por papel escrito,
y
a\m pregunté
de
algunos hilillos que me ·pateeieron algo diferentes, y eran
ci~rfas
circuns–
tancias que requería el pecado para confesarle enteramente. F:uer:a de estos
equipos de Mlo, tienen otros de-
pedrezuel~s,
por donde
puntualm~nte apren~
den las palabras qÚe q;uieren tomar de memoria; .
y
es
co¡:;a
de ver a los vie–
jos ya caducos .con una .rueda hecha de pedrezuelas, p,prender el Padre Nues–
tro, y con otra el Ave Mp.ría,
y;
con otra el Credo, y saber qué piedra és
. ~-e
fué concebido deü Espíritu Santo, y cuál que padeció debajo del pot;ier de
Pon<;:io ·
Pilato, y no hay más que- verlos enmendar cuando yerran y toda la
enmienda consiste en m,irar sus
~ pedrezuela,s,
qtie a mí para hacerme olvidar
cuánto sé de corQ, me
bastar~
una ruela de aquellas", lo mismo nos dice que
hacían
con
los granos de maíz ingeniosísimamente, y concluye: ·"Si esto
no es ingenio
y
si estos hombres son bestia:s, iúz<;iuelo quien quiera, que lo
...