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; todas las virtudes nobles i he–
róicas de vuectros padres, para
c6ln nuestro
pueblo,
a~eme)an
doos en todo a nuestro Padre el
Sol, que nos envió
a la Tierra
para el bien de los hombres.
"I tú,
noble
lila
lllapa,
nuestro hijo predileeto, al llegar
a detcansar en nuestro Padre, le
dirás que has muerto en obe–
diencia a su divina ley, i has de
rogarle porque
estos mozos, tus
compañero~..
imiten tu heroísmo
i combatan por nuestro Imperio
hasta morir" .
Los aukis se inclinaron i a–
largaron los brazos a su Sobera–
no, i luego al cadáver del herói- •
co Hijo del Sol.
Túpac Rimachi, el noble
A·
mauta,
el más grande Médico
del Imperio,
procedió a embal–
~amar
"!l cadáver, mientras las
ñustas, llorando de pesar, le aco·
modaban el cabello, i le limpia–
ban el ensangrentado rostro .
Huaina Kápac hizo una se–
ñal,
i los aukis
comenzaron a
desfilar ante
él .
Primeramente
acercaron a
lila ll\apa.
Sapan lnka,
con
emoción
que no alcanzó a reprimir, i a·
yudados por Túpac Rimachi i
las akllas, le horadó los lóbulos
de las orejas,
dejando en ellas
el topu de oro que, de estar vi–
vo el auki, serviría para q)J.e el
agujero
no cerrara,
i luego l.o
fuera agrandando para sostener
el paku o adorno generalmente
de oro que cubriendo por com·
pleto las orejas,
enmarcaba el
1
ostrO. dándole
una hermosura
singular.
Así fue dando Apu Huai–
na
Kápa~
la primera insignia a
toda la falange
de aukis, c;les–
¡:ués que los médicos insensibi–
lizaban los lóbulos de las orejas
col)
las yerbas
adormecedoras
de \as dolencias.
Los
príncipes
besaban la
mano del Soberano, en señal de
afecto i reconocimiento .
P¡1saron luego ante Auki
A–
maru T úpac lnka,
tío del Mo·
narca, quien asistido
de
viejos
lnkas i varias
ñu.stas, les quitó
las usutas que
ttaían empolva–
daf , como
testimonio
de tan
duras pruebas, i les calzó otras
nuevas, hechas de
lana blanca,
i sujetas con cintas entretejidas
con finas hebras de plata, mur–
murando emocionado
al calzar
el cadáver de lila lllapa:
lila 11lapa:
valiente
entre
Yal1entes: Jos Aukis
te tendrán
por Huaca, e invocarán tu nom–
bre al defender las glorias de la
Raza .
Mientras que
al
calzar a
cada príncipe, dedales al besar–
les el hombro derecho:
-El Hijo del Sol que ha sa–
lido victorioso
en sus múltiples
pruebas, merece ser adorado.
Continuaron desfilando an–
te varios lnkas, altos i valientes
Capitanes ..
Apu Kúntur púsoles la hua–
ra, especie de calzón de finísimo
pañete, que les daba el privile–
gi.o de la mayoría de edad .
Otros nobles vistieron con
hermosas túnicas de rojo sangre,
que
ñustas
especiamente nom–
bradas,
sujetaron
a la cintura
con bellísima
faja
de dibujos