tios donde
se
comentaba aún
con calor los siniestros augurios.
-lnti amenaza de muerte al
Jmperio,- decía Layka, el brujo
más afamado de T ahu.antinsuyu.
-No es aeíble
que
vaya
contra ms Hijos.,- dijo
tranqui–
lo
Kellma-, es Sapan
lnka, tan
bueno. que no
lo
haría, por a–
mor a
él.
Un ñampágic decía en un
corro:
-lnti va
a castigar
a los
pnnCJpes que se
divierten con
dema"Ía, sin pensar
en ensan–
char el Imperio del Sol.
Las gentes e::.cuchaban ató–
nitas.
-¿Pero
qué
significa
la
muerte del águila) . . .
. . .-Una d-esgracia,
i
aca.sola
ruina de
todos
nosotros, por
gentes extrañas
que han anun–
ciado los Sacerdotes
de Pacha–
kámac,- dijo en voz baja Upa-
llákuc.
•
"Ñírkai estaba aterrado. La
aka le parecía
agua inodora e
insípida, i el bocado se negaba
pasar.
-Por vosotros lo siento,- di–
jo a los jóvenes:-
yo estoi ya
VIeJo, i ya no
veré las desgta–
cias que predican los adivinos.
-Acaso sea cosa casual,- di–
JO
Kispi,
sacrílegamente; pues
su esperanza no
quería pensar
en augurios de muerte.
El viejo lo miró sobresal–
tado i nervioso; pero él acababa
rl c.
ponerse de pie, i se dirijió a
Rauraymana para sacarla a hal–
lar. Su amor no admitía desgra–
cias, desde
que
~U'
corazón le
sal~aba
como
una
chaiña em·
briagada de amor.
-Oh,
juventud!,- dijo
el
VICJO:-
lnti
ama i
di~ulpa ·
tu
descuidada locura.
El también.
n• ando mozo alumbra a los ce·
rros, se aloca por besar a la Tie·
rra, y abrasarla con
Sil
calor.
Muchos
contemplaban
en~
l risf
ecidos la fiesta.
Más, con todo,
el mundo
entero bebía.
1 mientras por los aires cru–
·zó en vuelo gatuno, i chillando,
un chvsec, ave
agorera que es–
panta a los vivos, porque es fiel
compañera de :)os espectros,
des~
d f'
los más
apartados rincones
de los mitmaes de Kollasuyu se
extendió por todos los ámbitos
el gemido doloroso y punzante
de una kena, tocada dentro de
un cántaro agujereado.
Era el
suspiro de
aquella
fiesta que, como todas, no po–
día desterrar
por
completo el
dolor.
Bajo la máscara de alegría
de toda fiesta , se esconde un sus–
piro;
i
es que el dolor es indis–
p ensable para comprender i sa–
bor ('ar la ale.gri'a.
Porque el do1or es
la
lágri–
ma del que sabe
que nada es
eterno.
•
'
;.