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Íánte de una cruenta guerra.
-Saludo a los
valientes ca–
pi~anes
de Castilla,·
dijo acet•
cándoe.e con los brazos efusiva·
tnente abiertos.
1
al llegar junto a Pizarro,
no pudo meno9 de exclamar:
-¡jesús!. • • .
¿Habéis esta·
do enfermo} .....•
Pizarro; conmovido, contes·
tÓi
Majestad, con loa brillantes des·
cubrimientos que acaba de hacer.
Vuestro nombre sonará tanto en
España como
d
del glorioso con•
quistador del Imperio de ·los
Az.
tecas.
·Mil gracias,· dijo majestuo·
samente Pizarro.- Con vosotros i
los valientes
que me acampa•
ñan, no dudo dar a nuestro Se–
ñor un Imperio, cuyas
riquezas
-Vos nos traéis la salud i la han de colmarnos sobradamente.
eltperanza de continuar adelante, Todo dep ende .de vue¡:.tra lealtad
en el Imperio que tenemos des•
i decisión.
cubierto.
-Os
juramos seguiros hasta
1
se estrech11ron
en abrazo
triunfar
o morir,•
gritaron los
prolongado.
11uevos aventureros,
enajenados
Entretanto
los soldados a-
de gozo i de brillante
~eranza.
provecharon
el momento
para
Ruiz agregó, como querien-
c.ontinuar gritando:
do incitar aún más a
~os
hom•
·¡A Panamá! .. . .. ¡A Pa-
bres:
natnAI • . . . . .
~Mirad
estos
indios que
En ese
istante desembarcó
traigo de!.de el Pirú,
i estos re–
toda la gente traída por Alma·
galos con que su jefe correspon•
gro,
~
como
las armas, caba-
dió •los que le hice. Son la prue•
!lo~
i provisiones abundantes, an·
ba palmaria de que hemos lle·
te las
cua1es
los abátidoa españo·
gado al País tanto tiempo bus-
les se quedaron en &Uspenso.
, tado.
Almagto
se acercó
a los
La vibrante
e¡:,peranza de
hombres demacrados. Sorprendi-
los nuevos aventureros,
conta•
do i hasta astl!:.tado,
contempló
gió a los
dol~entes ~oldados
de
esos esqueletos ; pero comprendió Francisco Pizarro.
Recordaron
que
~e
jugaba
la suerte de un
entonces
lar maravillosas pintu•
Imperio. _
1as
d~
Ruiz
i
los
f.uyos,
i al
-Castellanos,- exclamó, para
pensar en la
jactanciosa espe•
acallar el descontento:- os traigo
ranza de los que recten se em•
los suficientes refuerzos para sos-
barcaban en la aventura, lo!! a·
1·ener vuestra valentía en pos del motinados
cadáveres
sintieron
País del Oro.
vergüenza,
i
con ella renació su
1
antes que tuvieran tiempo
ambición
i avanc1a,
i
con
el
de contestar. Pedro de Candia
mismo ardor de horas antes, co•
se acercó a Pizarra, con el som·
comenzaron a pedir a sus
jefe$,
a
Lrero e-n
la mano ex.clamanclo ·:
gritos:
-Salud al valiente. caudillo
-¡Adelante! . . .... A
n06•
español que tan bien sirve a Su
otros que hemos
sufr¡do 'hasta