Table of Contents Table of Contents
Previous Page  153 / 228 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 153 / 228 Next Page
Page Background

- 135-

El jefe le

contestó, seña–

lándo~e

el Sol,

i contand o en

!oa dedos, diciendo:

-A- diez soles

de aquí hai

un Reino cuyo valiente Monarca

ha sido vencido

por ótro más

poderoso, que es Hijo del Sol.

Allí todos visten con telas teji–

das en oro, i se come i se bebe

en vasijas del mismo metal.

No entendieron los españo–

les, debidamente,

la noción de

tiempo i espacio dada por

el

j e –

fe indio . Pero felices con aque–

Has nuevas tremendas, mperio–

res a sus esperanzas e&trambóti–

cas,

~e

encaminaron al mar, des–

de cuyas orillas divisaron a l fin,

el buque tan ansiosamente espe–

rado.

Montenegro

i los suyos se

horrorizaron de ver aquellos es–

pectros que apenas podían reco–

nocer.

Junto!: lloraron la muerte de

\

veinte de sus compañeros queri–

dos que allí iban

a dejar para

siempre, bajo la hojarasca mise–

ricordiosa

de esos bosques m·

mir.ericordes.

-Esta es una desgracia!,- ex–

clamó Montenegro-. . . . . I ac:¡uí

os quedáis, compañeros que?idos,

sin un puñado de tierra bendita

para cubrir vuestros huesos! .. . .

Reanimados con 1las vitua–

Jias

de Montenegro

i con las

de:.lumbradoras señales

del ca–

cique o jefe indio, aquella tropa

de aventureros olvidó sus pasa–

das desgracias,

i

no pensó sino

en [eguir adelante, hasta topar

con

el fantástico

Imperio que

cada día adqMiría mayores con–

tornos de leyenda i de cuento.

Pizarro $e despidió de aquel

lugar de amarguras . i le dió ei

triste

nombre

de

Puerto del

Hambre, como recuerdo dd que

él i su tropa habían sufrido.