Table of Contents Table of Contents
Previous Page  158 / 228 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 158 / 228 Next Page
Page Background

/

~f 40-

sa, e·on el fin de ultimar! o; pe–

ro una espada traidora le atrave–

só el corazón,

i el

indio cayó

sin -exhalar un gemido.

No obstante,

los

más

bra–

vos indígenas cargaron en aquel

punto, blandiendo tremendos ga–

rrotes; pero Pizano

estaba re–

puesto i mató · a dos de los más

atrevidos, obligando

al resto a

•:

ombatir a respetuosa distancia,

cuando apareció Montenegro i a·

tacó a los indios por retaguar–

dia, obligándolos a dispersarse.

La vanguardia

seguía ba–

tiéndose. Tres españoles cayeron

junto a Pizarra.

~¡Santiagooooo!

. ...

Vo'lvió a gritar,

en un a–

rranque de desesperación . l ata–

cados los indios

por ambos la–

dor, se comprendieron perdidos.

Se reunieron

en

último esfuer–

zo . . . . Las ballestas

i 1as espa ·

das tendieron la flor de los ata–

Lantes .... Entonces vino el 'des–

bande, i los

indios huyeron al

bosque.

Pizarro, a pesar

de su

re~

cia armadura, recibió

siete he–

ridas ; heridos

estaban también

:v1ontenegro

i

una

veintena Je

combatientes;

í

e.l lugar

de la

lucha quedó sembrado de caaa–

veres de ambos bandos .. ..

Los

españoles,

llorando,

procedieron

a

enterrar

a sus

compañeros,

colocando

en sus

tumbas la cruz .

No combatían

por ella,

pero con

sus brazos

cubrían

~u

avaricia i su crímen.

Por la noche

Pizarro cele–

bró un Consejo de guerra.

-¡Castellanos!,- dijo:- no os

amilanéis por las

desgracias de

hoi día. Para ensanchar e[ ím#

perio de

nuestro

crifltianísimo

Rei i el imperio de Cristo, nues–

tro Señor, debemos estar prestos

a deuamar

la última

gota

d~

sangre: yo

estoi el

priméro.

Vosotros me

habéis

virto casi

en la sepultura;

tenéis certem–

dad de mis numerOsas heridas:

pero por

nuestro Dios

i

por

nuestro Rei, estoi presto a

mo~

Ilr.

"Ya no dudéis

del grande

botín de oro que nos está reser ·

vado: aún

comenzando lo ha–

béis vit-to

i también

recojido .

ÜD

pertenece; pero súpficoos que

me lo déis prestado

para con

cúyo valor enviar por más pro–

visione~.

í

con su vista, Almagro

nos allegue más

~ente··.

Montenegro expresó el pa–

lecer, quizás, de todos los espa–

ñoles:

~Alabado

sea el Señor, por

la victoria que acaba de conce–

demos;

i

alabado nue9tro Capi–

tán por su valor. Y o, como to–

dos, soi parte en la determina–

ción _de nuestro

Jefe, respecto

del oro que hasta aquí tenemos

ganado: pero

en lo tocante a

continuar adelante o en este

lu~

gar, no

voi de

acuerdo. Con

muc;.ho gusto me iría yo a

Pana~

má a carenar nuestro buque,

ale~

jándctrne del peligro; pero

juz~

go prudente

volvamos todos,

i

especialmente

su señoría, para

regresar con más fuerzas, ya que

nadie pondrá

en tela de duda

la existencia

del Imperio opu ·

lento que buscaron en vano An·

dagoya i Balboa, cuando

noso~

tros narremos

lo que

los ojos