El Yupanki
y
su saga
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decir, hasta el final del libro) cuya misión es realizar tal de–
mostración.
Pero una confesión todavía más inequivocable y directa
de la difusa conciencia de que los Yupanki de ambas series
del Inkanato, Lluki y Pachakuti, fuesen una cosa sola, la
tenemos en Morúa (lib. I, cap. 18), quien declara que Lluki
Yupanki tuvo por hermana
y
esposa a la Qoya Anac Varqui
(Anawarke ), y bien sabemos que éste es el nombre de la
esposa del Inka Yupanki Pachakuti, según Poma, Garcilaso,
Cobo, Sarmiento de Gamboa, Gutiérrez de Santa Clara, etc.,
y según el propio Morúa (cap. 24). Este último dato impide
pensar en una simple transferencia; débese más bien tomar
en cuenta que en la fuente verbal aprovechada por Morúa
se había cumplido una inextricable confusión entre los dos
personajes, o, para ser más exactos, que perduraban las con–
diciones anteriores a su desdoblamiento.
Podríamos con poca dificultad proseguir el paralelismo
de ambos Yupanki con relación a sus historiales, como ya lo
establecimos en la Primera Parte con relación a la pura su–
cesión genealógica, pero ya resultaría superfluo para los lec–
tores y estudiosos que nos han seguido en tan largo desarrollo,
siendo que para ellos no puede haber duda sobre los 4 puntos
de nuestra demostración: 1
o,
construcción retrógrada de la
Capaccuna; 2°, composición simétrica de sus dos partes o
series; 3
o,
doble y triple transposición de la saga del Yupanki,
mediante el corrimiento hacia adelante o hacia atrás, de una
o más generaciones, en la serie de
Hanan-Qosqo,
luego el
traslado de su figura a la serie de
Urin-Qosqo,
y finalmente
su repetición rítmica en lugares homólogos, que señalan otros
tantos puntos críticos (
28 )
de las listas que traen la "cuenta
larga' (Valera y Montesinos).
( 28 )
Uno de esos 'puntos críticos' puede distinguirlo el lector sin
dificultad alguna, poniendo el índice debajo del 4° Rey peruano de la