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J.
Imbelloni: Pachakuti IX
mecánica, y sin asomo de discusión crítica, atribuyendo el
epíteto
Pachakuti
al Inka Yupanki, hijo de Wiraqocha; 2°, el
que atribuye el mismo epíteto a otros personajes de la lista,
y 3°, el grupo que elimina por completo del Inkario al sobe–
rano apellidado Pachakuti.
Es natural que tratemos con cierta diligencia las atribu-
. ciones del 2° grupo, no sólo porque están abiertamente en
discordancia con la doctrina común, sino porque contienen
en su seno elementos críticos preciosos para juzgar sobre la
consistencia de aquélla.
Esta sección de nuestro discurso bien podría llevar en
su comienzo una parte del pasaje de Cabello de Balboa, a
guisa de encabezamiento y lema:
"Muchos autores que han
escrito tranquilamente en su gabine.te en España, han añadido
a la lista de los I ngas un príncipe al cual daban este nombre
(Pachacuti);
pero la verdad es que Pachacuti no es más que un
sobrenombre dado a Topa-Inga, el cual jué tan amado de sus
súbditos que, en épocas posteriores a él, cuando se sentían felices
decían que el tiempo de Topa-Inga habia vuelto"
(
2 ).
La sucesión de Cabello de Balboa es la siguiente:
8° Inka Wiraqocha, padre de
9°
»
Inka Yupanki, que abdica en favor de
10°
»
Túpaq Inka, apodado Pachacuti
11°
»
Wayna Qhápaq
El lector habrá notado que Cabello, con abierta intención
polémica, atribuye el error de colocar un soberano super–
numerario sucesor de Wiraqocha, cuyo nombre sería Pacha–
kuti, a los historiadores que escribieron crónicas desde Es–
paña. Veinte y tres años después del Manuscrito de Cabello,
y escribiendo desde España, Garcilaso de la Vega atribuirá
a los historiadores españoles la responsabilidad de la afir–
mación absolutamente contraria:
"A estos Reies, Padre,
y
( 2 )
Consúltese cap. VIII,
in fine.