P., expresión cronológica
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III. De ningún modo Montesinos pudo creer que del
Inka Ruqqa a Wiraqocha (que son respectivamente el 1
o
y el 7° soberano dé su Inkario propiamente dicho), corriese
un milenio,
~o
que traería una duración media en el trono de
142 años; lo comprueba el hecho que en ningún momento las
Memorias
han exagerado la duración de los reinados, y mucho
menos indicado cifras fabulosas (
23 ).
IV. Todo indica que la anotación que en el Manuscrito
original comprado en la 'almoneda' limeña seguía al nombre
de Wiraqocha (en el Manuscrito de Bias Valera, al de su hijo
Ttitu Yupanki) era un Pachakuti, y fué erróneamente trans–
cripta por Montesinos como si se tratase de un Sol. En otro
pasaje Valera insiste en calificarlo no sólo Pachacuti IX, sino
también
'el último de los Pachacuties'
(
24 ).
V. La diferencia cronológica entre ambas lecciones es
importante, pues un Sol montesiniano equivale a 1000 años,
y un Pachakuti a 500; sobre este particular no hay posibi–
lidad de dudas, porque la definición montesiniana de ambos
períodos es incuestionable:
"y
la mitad, que eran quinientos
años, mandó que se llamase pachacuti"
(2
5 ).
Esta última afirmación de Montesinos reclama un cierto
número de averiguaciones, que nos permitan captar las ra–
zones del doble uso del jalón cronológico llamado Pachakuti.
( 23 )
El promedio de duración de los reinados ·de MoNTESINOS está
comprendido entre 25 y 27 años, según el cálculo de MARKHAM,
I ntro–
duction,
pág. 9. MEANS adopta el promedio de 27 años,
Ibidem,
pág.
XVIII.
N
o existe por lo tanto la tendencia, en este Cronista,
a
exagerar
la duración de los reinados. Si se exceptúan los primeros
4
reyes, de
Pirwa Paqareq Manku a Sinchi Kkoski, cuyas duraciones en el trono son
60, 30, 50
y
60
años (con el promedio de
50),
en lo restante de la lista
los reinados largos están diseminados en el total con intervalos que nada
tienen de repugnante a la experiencia histórica.
( 24 )
Relación, etc.;
pág. 178-179.
( 25 )
MoNTESINOS:
Memorias Historiales,
cap.
XI
in fine.