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c•ada cual tendrá en la aventura,

se

disponen a realizar la ·

acción en conjunto, de acuerdo con un plan de campaña

trazado cuidadosamente.

Si

la enemistad popular recae

sobr~e

el párroco, empt_e–

zan ·por disimular s_us intenciones, avivando su fervor reli–

gioso. Acuden al templo con más puntualidad que nunca,

y

los altares

se

ven desbordantes de cirios

~encendidos

a los

santos de su predilecció

...n :

De

repent·e, cambian bruscamente

de actitud, pero sin promover ningún escándalo.

Para obtener una causal de denuncia en contra de los

sacerdotes, procuran despertar su cólera,. por medio de cual–

quie-r desmán com·etido ·en la iglesia. Las indias, por su parte,

secundan los planes de los hombres iJ:nportunando al cvra

con toda clase de molestias.

Si logran

sorprende~r

una falta, por insignificante que

sea, S'e celebra nuevamente ·el conciliábulo nocturno a fin

de redactar

la

acusación. Generalmente, la

p~rsona

que ej-e–

cuta este trabajo es un m·esti·z.o ignorante y venal,

que ~abun­

dan ·en pueblos y aldeas con el título de "yerno de la ald:ea",

quien no solamente se contenta con desfigurar la verdad de

los hechos, sino que lleva la maldad hasta

inv~entar

muchos

d'e ellos y presentarlos bajo el

aspe~cto

más sombrío y cri–

m'i:nal.

Esgrimiendo el infame panfleto, un grupo de veinte

o

cincuertta individuos, con el alcalde a la cabeza, se presen–

tan ante el }ef·e de dis_trito. Clamo pagan con

larg~eza,

no

l~es

es difícil encontrar un escribiente que redacte el escrito

en forma judicial, y, libelo en mano, comparecen ante

el

juez.

,..

Si éste demom

la

vis.ta

de la ·causa, la turba recl·ama,

asedia los . tribunales y hostiga al magistrado desde la ma–

ñana hasta· la noche; por último, éste se -ve obligado a optar

por una

q:e

las dos sigui·entes soluciones: citar al a-cusado,

y, en consecuencia, descubrir la verdad, o amenaz-ar a

~os

demandantes con la prisión si presisten

·e~

sus maquina-

riones.

*

Los asuntos más ·graves súelen r-esolverse amigablemente al

final de cuentas.

En

un~a

oportunidad, cierto funcionario, a petición de

un grupo de indios, instruía secretamente un sumario con

relación a la conducta del sacerdot-e de un-a aldea. Pasaron

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