digenas que lanzan enardecidos gritos de victoria. Al negar
/ por la tarde a las afueras de Ouzco,
Ira
ve ·en #efecto rodeada
de cien mil indios, cuyas falanges
se
escalonan hasta la
cima de
los
m.ontes que circundan la ciudad.
·
El escuadrón avanza ·en cerradas filas, pero en lugar de
cortarle el camino, las centurias quichuas le abren paso,
y
los caballos galopan libremente hacia la capital. A-quello
es
una -treta: el inca pret·ende encerrar y ·exterminar de una
vez todas las fuerzas del invasor: dosci-entos ·españoles y ·va–
rios miles de indios auxiliares del Norte ..
Cae la noche.
*
A Ios primeros albor:es del día
se
escucha una diana en–
sordecedora: trompetas h-e·chas de conchas marinas, tam–
bor·es, ti'mbal·es, gritos de guerra atruenan el valle. Una gra..
ni'zada de proyectiles cae sobre los .techos de paja de la ciu·.
dad de Cuzco, sobre todo frrechas 'inc·endiarias
y
piedras
envueltas en algodón en llam
as. Inm·ediata:mente todo empie–
za
a
·quemarse; el incendio se apode.ra de la ciudad; un circulo
de fu:ego, .calor
y
humo sofocante envuelv-e a los defensor·es,
que se reúnen en la plaza central; impotentes para detener
el siniestro.
Las casas arden durante
dos
días. Apenas s:e apaga una
calle, los indígenas avanzan por sobre las c.enizas aún ca–
lientes, plantando puntal·es
y
elevando barricadas par1a de-.
tener e impedir los ataques de la caballería. Protegidos por
'los ·escombros, atacan de flanco
y
sorpresivam·ente a las
patrullas eñemigas, lanz;ando hábilmente sus lazos para
arrancar de las siUas a
los
j'inetes o trabaJ1do las patas de
los animales para derribar:los.
Por otra parte, un .grupo de qui-chuas se ha apoderado
de ·la ciudadela que domina la ci,udad,
y
desde aHí apuntan
con sus flechas a los soldados de Pizarro. D
1
e pronto, dlez
cabezas sanguinolentas de españoles, bien conocidos por to–
dos los combatientes, caen de
10
alto de las murallas
y
rue–
dan
so
br·e la plaza. "¡He aqui la suerte que
os
espe~a!
",.
grita desde lo alto de1 muro un jefe indio. "Rendtos. La su–
bl·evación ·es general. Todas las fortalezas están ·cercadas, han
sido tomadas o .arrasadas. Nuestros guerreros ci-erran todos
los desfi-laderos. La ·costa no puede socorr·eros."
Resueltos a luchar hasta ·el final, los dos hermanos ldel
conquistador se atrinchel'lan ·en el templo del Sol
y
~en
el
monasterio de
la~
vírgenes, mi·entras las hordas salvajes se
.
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