Table of Contents Table of Contents
Previous Page  196 / 430 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 196 / 430 Next Page
Page Background

mente; luego, con un tapón d·e lana, unta entero el fieltro

blanco.

O~ando

el color está bien parejo, le pasa nuevamente

la piedra pómez

y

lo plancha dos o tres veces, lev.emente:

con un fierro apenas caUent·e. Finalmente lo frota con una

madeja de pelos de cola de vaca. D·espués de

esto

el som–

brero está terminado

y

listo para que lo adquiera

el

cliente.

Ouando ·el sombrerero desea dar otro color al fteltr'o,

no tiene más que e:s.coger entre los polvos de anilina. Pero–

esto se

aparta de los procedimientos indígenas.· Para el ne–

gro, el art·esano só!o ·emplea la lana de

este

color.

En los ocho dias que requiere

·esta

seri.e de manipula–

ciones, el sombrerero fabrica una·docena de chambergos ,que

v.ende a un sol cada uno.

A.sí

puede reuni'r doce so.les por

semana, o s·ea unos cien francos.

.

Un solo pellejo, de

tama.ño

m.ediano, le pro·cura lana

para unos tres sombreros.

~n

cuanto a su forma, ·es un

tér~

mino medio entre el tongo

y

.el calañés.

---.¿Quién le enseñó este prolongado siste-ma? -pregunté

al mestizo.

Y con una sonrisa de sati.sfacción en los labios

y

un

fuLgor orgulloso en las pupiJ as, me -respondió:

-Fué mi padre, que lo aprendió a

su

vez de mi abuelo;

nos transmitimos esta profesión de padres a hijos desde

1

si-empre.

*

La industria más difundida entre los quichuas que habi–

tan entre 2,400 a 4,000 metros de altura

es

la ·curtiduría.

En cada uno de los elevados vaHes se encuentran especia–

lis.tas en este género de industria, que siguen fielmente el

sistema de

sus

antepasados. Trabajan los cueros de los gran–

des animaJe.s domésticos para sacar correas

y

suelas de za–

pato-s, reservando las pieles de corderos

y

ovéj as para los

cueros ·más flexibles

y

su

aves.

A un kilómetro de nuestra residencia en Huanta, visité

""'

un taller de curttembr.e. Nada más sencillo que

su

instala–

ción. En una pendiente a.l borde del cam-inp, rodeadas · de

grandes rocas depositadas allí desde hace síglos, se ven dos

grandes

fosas

abiertas a pleno aire. Sus paredes _son de pie- _

dra: Una está rodeada de un pavimento ·en piedra de balón,

donde se pueden extender Jos cueros sin ensuciarlos.

A cterta

d~stancia

se

divisa otro trozo pavimentado

rús–

ticamente. Al lado, una viga gruesa

y

redonda se encuentra

plantada al sesgo en el suelo; de un metro

y

medio de lar-

191

l

.

\