perfeceión la voz humana o el grito de los animales. Esta
cla..se de jarro es doble: . una parte tiene una forma cual–
quiera, mi·entras la ,otra repTesenta una figura de hombre
o bien de bestia, y ambas partes están unidas por un con- .
duc_to. El gonete de la seg·unda no tiene
~ino
· un pequeño
orifieio, y toda la habilidad del artista consistía, precisa-
\ mente, en conf·ecciona:r _esta abertura de manéra que re–
produjera perfectamente el canto o la voz de l:a figura re-
presentada.
,
\La manera de obtener este
r~esultado
es
bien simple.
· Basta con colocar en
~el
primer jarro un poco d·e agua que
lo
lle~·e
hasta el nivel del conducto y en seg11ida inclinar
el artefacto de izquierda a
dere~cha.
En las casas incaicas,
el~
indio suspendía estos j aTros del techo y los m.ecía por
medio de un cordeUto. Exhalado o aspirado por las oscila–
clones, ·el aire pasaba por la estrecha boca
y
producía e:l
sonido deseado.
Además, los c·eramistas_quichuas fabricaron los vasos
llorones. Tienen éstos la forma de una _ cabeza humana, gra–
:ve
y
triste. Oomo los ojos están hechos de una pa·red muy
delgada de greda, el agua transpira naturalmente; el pár–
pado hac-e las veces de canalón y de rato en rato deja caer .
una ·lágrima que se desliza por las mejiHas.
· Erstos artistas empleaban la arciUa con diferentes des–
engrasan-tes: l'a paja de ·maíz pulverizada para los trabajos
corrientes; ·el carbón en · polvo, las .cenizas y ·el polvo de
grafito para los más finos. Mezcmban también a
l~a
pasta
algunas mat-erias colorantes o brillantes: riücas o conchas
- pulveri-zadas · y lentejúelas de oro.
D·e.sconocían el barni-z y suplían
es.taignorancia pati–
nando los jarros aun h úm·edos con la uña del pulgar o una
pal~eta
de
mader~.
Al mismo ti·empo grababa11
l<;>s
dibujos
y aplicaban los colores.
.
,
~En
otras ocasiones. no pintaban los
adorno~
sino después
de someter las piez'as a una temperatura relativamente baja,
y
volvían
.a
colocarlas en el fuego P.ara que se
endureci~exan
las pinturas.
.
Para el cocimiento, se reunían l·os objetos de alfarería
en _·el suelo,
y
se ence-ndía alrededor un·a gran fogata de
boñigas, que era continuamente avivada por los fueUes po–
tentes que cinco a seis indios manejaban.
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