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Tenía una inmensa curiosidad_de ver trabajar a un al–

farero moderno.

En

una sol-eada mañana de andino invierno¡

partí a pi·e.

~1

_cabo de una hora y media de asc-ens.ión por

un pedregoso sendero bordeado de agaves y de nopales cu–

biertos de cochinillas, ·ent:Dé a una aldea cuyas casucas

encontraban diseminadas -entre los árboles. Ciada choza 'era

un taller de alfareros. Visité tres; una donde se terminaban

de cocer los jarros; dos. donde los o}?r-eros se encontraban

aún en pl-ena labor. Pude, pues, apr·eciar su té·cnica hasta

en los más _mínime>s detalles.

· ..

Ante todo, he aquí la .composición de la masa prepara–

da: tres quintos de gr·eda, un quinto de , ti-erra de campo y

otro de caolinita, rec-ogida a 30 kHómetros de distiancia.

Estos dos últimos el·ementos se pulverizan sobre una roca

plana con una gran1piedra de jaspe negro; por su parte, la

arcilla se amasa ·en un r·ecipiente casi lleno de agua

y

en ·

seguida se deja en el suelo

pa.ra

m.ezclarla a los otros pol–

vos. El indio pisótea tod'o esto

y

lo amasa vigorosamente,

hasta obtener una pasta homogénea

y

de una consistencia

adecuada; luego la guarda en su taller de trabajo: Pude ver

un c-ilindro de greda de

10

centímetros de alto por

50

de ,

ancho.

Y he aquí que mi hombre se pone a trabajar. S·entado

sobr·e una pi·el de cordero, separ·a las piernas y coloca ante

sí, a guisa {i,e m·esa, tres bandejas -de greda superpuestas.

:saca una gran pelota de la greda amasada, la aplana

y

redonde~

con las manos, formando, de un reciQ puñ-etazo,

un hueco en ·el hl·edio. Agranda este espacio comprimi,endo

los /iados, que se elevan poco a poco, mientras la mano iz-

. quierda hace girar a.l mismo ti-empo la bandeja que sirve

de base y cuyo movimiento giratorio gar·antiza la igualdad

de los bordes.

1

- No tarda -el indio en coger una segunda· porción de gre–

da, la amasa entre las palmas de las manos formando un

salchi-chón de treinta c·entím·etros de largo, aplica un

extre~·

mo de éste a:l interior del jarro -comenzado

y

lo une apre–

tándolo levem·ente con el pulgar hum.edecido antes en agua..,...·

fría. Una vez pegado, estira el

salc:Q.ichón

y

lo va colocando

por capas sobre la parte ya moldeada; luego, haciendo gira:r

siempre la base con la mano izquierda, suaviza

y

pule la

parte interna de la

ob.ra

con un pedazo de calabaza. Die

e.~te

modo obti-ene una especie de caja de ar·cilla de paredes ver–

ticales.

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