extiende a todo el ancho del horno. Allí el quichua amontona
sus barritas de metal. Las cubre de carbón de
espi.noy en–
ciende el fuego. No tarda el plomo en ablandar. Entonc·es,
cuatro hombres, sentados a cada Iado, introducen por ías
aberturas-largas varillas de
co~re,
las hacen girar en el plomo
líquido, las 'retiran con un brusco movimiento y las .sacuden
sobre la hierba húmeda. Las gotas que ,caen se solidifican in–
medi·atamente.
Esta operación oesa -en el momento mismo en que la
plata eomienza a su -vez a fundirse. Eran, .pues, precisas va-
rias sesiones para purificar completam·ente una barra.
El mineral de cobre se trituraba, se echaba en un cri–
sol de greda y se coloca·ba sobr·e un fuego de boñigas y ma–
zorcas. Una docena de hombres se turnaban, soplando por
Iarg¡os tu.bos, para mantener vivas las llamas, mi·entras el
#metal ya líquido se escurría por los hoyos del fondo del
crisol.
*
En algunas regiones , pequeños grupos de mi:t:leros imitan
aún los procedimi·entos de sus antepasados, pero en varias
provincias se ha adoptado ya un sistema hidráulico.
Aunque aun se les rompa primeramente con piedras, los
mineral·es auríferos se trituran ahora en un molino. En una
pendiente, por donde se desliza un río de sufici·ente caudal,
el ·indígena cava un hoyo redondo, lo recubre de pi-edras
planas, y del mhs:nio modo pro·cede con las .paredes 'para que
el agua no se filtr·e. En el bloque
c~ntral
del fondo abre un
hoyo, deritro del cual planta una viga bien sólida que ser–
virá de eje vertical. Esta se
e~cuen
tra cruzada de otras dos
vigas en forma de cruz, cuyos extremos se -encuentran en–
caj.ados en una gran piedra redonda qué sirve de piedra de
amolar. En lo a1to de este eje
se
-encuentra colocada hori–
zontalmente una rueda a pale-tas.
El obrero cubre e.I fondo de la pr·esa con una capa de
pedruscos y suelta el agua.
Es.tah~ce
func'ionar inme-diata–
roente' la· rueda, que gira con lo:s cuatro mazos.
Los guijarras que r:esul tan de esta operación se echan
en un recipiente, donde el indígena los lava y sacude enér–
gicamente con las manos; luego, sirviéndose, de los dedos
eomo de espumade;ra, retira el polvo y otros el·ementos que
flotan
eh
el agua y vierte el contenido de la palangana en
:una abertura inf·erior provista de un fino tamiz.-
En
los re–
siduos echa m·ercurio, el que tiene la propiedad de atra·er
y
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