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Se trata en seguida de darle una forma panzuda. El
obrero coloca la mano izquierda abierta contra la circunfe–
rencia inferior del cilindro,
y
con su corteza de calabaza en
la derecha frota el in
terior,_ subiendo poco a poco. Esta frie- .
ción de abajo arriba
·esti.ralas paredes, que van tomando así
la curva deseada. De
la_ experiencia del ceramista depende
el mayor éxito de la
obr~.
Luego coge un tercer puñado de pasta y fQrma con él
una mor,cill;:t que coloca
~1
borde de la boca del jarro. Para
darle la forma redondeada y saUente, la aprieta
y
aplana
con los dedos medio e índice, inclinándolos hacia el interior
a medida que gtra e1 vaso. Terminado esto, hum.edec·e su
obra, con un paño y la pul·e con los dedos.
No
falt~n
sino las asas, cuatro arr·iba y una a cada lado.
Nada más sencillo. Confecciona una faja de gred:a, la va pe–
gando a pedazos y siempre húmeda -en los sitios deseados,
dobla el aro y lo alisa.
·
·
¿1Quién podría adivinar cuánto tt.empo demora un in–
dígena ·en estos menesteres? Un jarro de
18
c·entimetros de
alto sobre 32 de ancho, con una capacidad de ocho litros,
demora, reloj ·en mano, die·z minutos en surgir -terminado de
'
.
sus manos. Es así como confecciona una veintena de estos
a:rtefactos al día. p ·ara los jarros de
cuel~Lo
:angosto
y
de
medio metro de altura no de,mor·a ·e1 artesano más de quince
minutos.
·
Al
cabo de dos o
tr~es
días de e}q)os.iclón al tibio sol de
invierno, el indio cuec·e sus jarros ·a pleno campo. Extiende
sobre la tierra una capa de bofiigas bi·en secas y la cubre
de paja.
~ Sobre
estos combustibl
es coloca los jarros, incli–
nados y apoyados unos en otros;
fina.lm·ente,' lo
cubr~e
todo
y
rellena los intersticios con las
mismasmaterias c9mbus-
tib1es.
\
'
Apena.s las enciende, la llama se extiende de un extremo
a otro del montón, qüe se convierte, ·en un abrir
y
cerrar
de ojos, ·en un brasero de altas calorías. El cocimiento com–
pleto de-mora de sei.s
.a
sle~te
ho:ras. Los
alfa~reros
más
e~per
tos
y
hábiles inician el cocimiento lo más temprano ·posi-
.bl·e,
ry
de reste modo los .artefactos de .gr·eda se enfrían ·
lentamente bajo los rayos del sol de la tarqe.
Cuando se ·enciende ·el fuego por la tarde, se produc·en
graves inconveni·entes; por la noche, los bruscos cambios de
temperatura provocan a menudo la quebradura de muchos
de los objetos de greda.
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