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núsculo horno, una caja de adobes a pleno aire.
'
Una ancha piedra sirve de
base~ -
El obrero coloca enci–
ma una docena dé sus ladrillos, reHena los ·espacios libres
con boñigas y
rarmi'ta~
y lo cubre todo con pastelones de _
pasto. Al día sigui·ente_saca los ladriUos, gros-eros y frá.gi.les
a ·causa de la falta de · are)la y cal en la arci-lla. Por
lb
de–
más, los aborígenes usan muy poco esta clase de ladrillos
para sus construcciones.
·Más común es el uso de ·l-as tejas, por lo menos entre
Jos mestizos que
des~ean
distinguirse de los indios. por el color
y la composic-ión de su techumbre. ¡Ouán primitivas son
es–
tas tejas! El fabricante co1oca en el suelo una seri·e· de trozos
de madera con la forma qu-e des-ea obtener
y
amasa la ar-–
cilla para
s~uavizarla;
luego, sin orearla ni
desgrasar~la,
nena
con eUa un molde cuadrado que comprime fuertemente con
una tablita. Espolvor·ea 1a.superfici:e con tierra seca,
y,
fi–
nalmente, con un movimiento rapidísimo, vacia sobre uno
de los moldes convexos ·esta especie de torta de barro, la
que se .a-<;iapta en· un minuto a la forma -de la madera. Re–
pi'te ·esta maniobra unas veinte vec1es.
'Ouando el'--sol ha soltdificado lo suficiente la arciHa, el
indio
~quita
sua:V·e-mente los soP,o.rtes de made,ra
y
'alinea la/S
tejas unas contra ·otras, como un naipe. En s-eguida, para
coc·erlas, las coloca soibre un lecho de paja y ramitas, re–
Hena los intersticios con los mismos combustibles
y
enciende
-el fuego. Cuando se apaga la última llama, las tej-as están
cocidas.
*
Después Q.e las industrias útiles, vlenen
las
que se refie–
ren a diversiones. La más importante .para. ellos es la pi–
l"O'tecnia. Por ·esto toda ciudad, toda aldea que ·se precie de
importante, tiene
su
fabri·cante de
fueg~os
de artificio. Tuve
ocasión de visitar al más famoso de A.yacucho.
__;
El taner
se
encuentra bajo el abrigo de un peque:ño
alero
y
cuenta con dos obreros indígenas de ·expresi,ón idiota.
Uno d:e ellos está preparando la pólvora. Sentado en el suelo
sobre un-a. piedra .plana, pulyerizacarbón de
~espino
con una
• piedra de diorita. Pesa 1,200 gram-os, por 1,400 de azufre y
2,000 de salitre. El otro obrero conf.ecciona . los cohe-tes. Es
incalculable ·el
núme~ro
qué
se
necesi,ta para una fiesta
quichua. .
El cohete que este indiv-iduo
conf.ecc~on:a
consist-e en un
trozo
de
b·ambú del ¡rosor del pulg-ar
y
de unos
nueve
c·entí-
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