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litros, aproximadamente, y la coca, en un peque:f'ío canasto

de dim·ens.ión invariabl·e.

En algunas tumbas se han encontrado' balanzas de pla–

tHlo, con pesos naturales determinados, por ejemplo, la piña;

además, con este mismo fin, figurillas de llamas de seis

á

siete centímetros de largo, con las cuales los je·fes de distrito

calculaban ·el impuesto de'l oro.

Los mercados incaicos eran un lugar d'e silencio. Cuan–

do un indígena deseaba ...trocar un objeto cualquiera, se acer–

caba a un grupo de cuentes, aepositaba en e:I suelo la

mer~

'

cancía y se retiraba a cierta distancia. Al cabo de un rato

un interesado se acercaba, y si la juzgaba a su

gusto,

co–

locaba junto a ella a;lgún producto de su tra.bajo y a su

V'ez se al·ej aba.

·

Pasaban algunos minutos. El primer comercianté vol–

ví,a, palpaba y ·examinaba· largamente el obj-eto que ofre·cían

a cambi.o del suyo. 8i le gustaba, se lo nevaba

sin

decir na–

da,

y

el comprador recogía a su v·ez lo que había adquirido.

Si,

por ·el contrario, no

apetecí~a

de

~o

que .le ofrecían, el

v·endedor recogía

su

mercadería

y

se marchaba a otro sitio

:a

re'petir la misma escena.

..

Los mercados modernos ·no son menos pintorescos

y

orí-

"

ginal'es. He visitado dos, el de Ayacuch

o y

el de Huanta,

teniendo sobre todo ·ocasión de observar es.te último en de–

tane. Se celebra _todos los días, en una pendi.ente a la en-

rtrada de la aldea y a campo r.aso. A fin de .protegerse ellas

y sus provisiones de los rayos de1 sol, cierto número de in–

dias se reúnen bajo un quitasol de totora de dos metros de

diámetro; ·el mango, del grosor de

un

brazo, s1e clava en e1

suelo.

·

El espectáculo en conjunto da la idea de un desorde–

nado campamento. El terreno inclinado está cortado en

dos

terrazas, separadas por ·un muro e·e retención. Las v·ende–

, doras ·se sientan en filas paralelas sobre el terreno pedre–

goso y esperan a los clientes/

Arri·ba, al borde d·el camino, se eneuentran las vende–

doras de sombreros, frazadas, madejas de lana teñida, pei–

neta

s, husos; en la segunda fila se ven ropa interior, boti–

p.es,

alfileres para ,chales en cobre dorado, anillos de cobr·e

·pl·

atea9,o, paquetes de coca; la terc·era fila ofrece pieles .

''frescas, cueros de dif,erentes cualidades, calabazas de cesal-

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