La seoción farmacia
d·e
este
m~ercado
me a trae poderosa–
mente.. La boticaria, anciana en cuclillas sobre una este–
ra baJo un gran
quit~sol d~
totora,
~·e
encuentra rodeada
d~
una infinidad de bolsones oscuros que reemplazan fras–
cos y cajones. Allí están todos los elementos necesarios para -
sanar las diferentes
enferm~edades; ·
los ·clientes los conocen
todos y, .por consigui-ente, no es preciso usar de etiquetas .
o recetas.
.
1.
0
-Ant~e
tod:o
1
~están- 1os
remedios minerales.
En primer
lugar el "huari";
es
un depósito calcáreo molido
y
m·ez.cla-
, do al queso blanco y
ct~erta
cantidad
~e
sesos de c·e,rdo.' Se
confecciona con esto una cataplasma para combatir las en–
f.erm,edades
a
e la pieL EStá indicada principafm,ente en U:Qa
de las má? espantosas, ,que s,e
cara:cte.rizapor unas ampollas
que aparecen en todo
~e1
cuerpo. Al reventar dejan unas lla-
(
gas que penetran hasta los huesos; pero esta pasta s·eca,
cierra y
ci~atriza
ráJpidamente estas úlceras horribles.
Es
tambi,én muy eficaz para reducir la hidropesía, pro::.
vocando la evacuación de las serosidades, regularizando de
este modo la circulación de la sangre.
·
Advierto unas conchas marinas de la especie Venus junto
a .unas .estreUas de mar. ¿Cómo han llegado estos obj·etos a
1~
cordiHera? La farmacéutica me explica doctamente que
esas ·conchas y esas estrenas de mar, trituradas y mezcladas, ·
se mac·eTan en aguardi·ente de caña de azúcar, agregán–
do.les granos rojos
y
11·egros de
huairuru;
también pulve–
rizados. Todo esto se introduce en un saquillo que se cuel-
"
.
.ga precisa.mente sobre
~el,
·corazón. Esta pasta calma las
palpitaciones y otros desórdenes cardiacos provocados por
el "alcanzo". Recordemos que este mal lo produc·en las caí–
das o- las emanaciones perniciosas de la tierra.
· Más allá, ..nos explica la india, .se encuentra el
tata–
rocou,
piedra blanquecina, frágil
y
liviana como la pómez.
~
Molida
y
m~ezclada
al plomo, calma las inflamaciones de la
.garganta y en poco tiempo reduc,e el bocio.
En otro saquiUo, al lado, se ven algunas piedras sali–
trosas, admirables para v·encer la uremia. 8e administra al '·
enfermo una cucháradita de salitre pulv-erizado en m·edio
vaso de agua, tr·es vec-es' en tres horas, d'osi,s suficiente' para
activar el funcionamien:to de los rifiones,
prov~car
las eli–
minaciones normales· y salvar la vida al p.actente.
Allí también vemos un mantoncito de
macnu,
guija–
rro blanco y blando como el yeso;
triturado,~
bebe el polvo
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