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les; · no obstante, tratándose de las bestias ajenas, esta teo–

logía práctica no conoce escrúpulos.

El . culto se exti-ende a toda la naturaleza: precipicios,

estepas á-ridas, fértiles mesetas, valles, coUnas, cadenas mon–

tañosas, pues en todas partes el indio cree des.cubrir la

~om­

bra de la Madre Tl-erra. Este es el motivo de las fiestas

.

1

agrí·colas que ya conocemos, destinadas a obtener los bene-

ficios de la diosa gener·osa; de aquí también nace la deVJo- '–

ción a ·

los

"apa·chetas:', aquellos montículos supersticiosos

de pi-edvas .en lo alto de .los montes y ·en los recodos. de los

caminos,. y que seg/Ún ·el quichua poseen la virtud prodigiosa

de preservarlo de todo accidente '"

'Culto místico y sentim:ental

.a

la vez, ésta especie de pi-e–

dad filial por la tierra inspiró a los incas la organización -

de .su imperio. En efecto, con su teocracia, enc·arnada en la

persona divina del soberano, crearon un país co1ectivista

en el más a·mplio sentido · de la palabra. Su cetro

de

oro

dominó veinte pueblos indíg:enas, pero. la fuerza y el

es–

plendor de

su

dinaS'tía se debieron enteramente al culto y

el cultivo de la ti-erra.

·

En realidad, ¿cuál era su finalidad? Elevar el reino· de–

·cadent·e a su apogeo. ¿Qué tendrían .que hacer, pues, para .

. lograrlo? Aumentar la población y multiplicar los recursos,

dos

cosas que l·es aseguraría la agricultura sabiamente inten–

siHcada, única riqueza de fácil explotaci-ón

~en

la abrupta

cordillera. Alim·entada con abundancia por

los

frutos de la

tierra, la raza prosperaría naturalmente, y el vigor y núme–

ro de .los súbditos permitirían

l~s

conquistas y una expansión

si·empre mayor. Tal

~ué

·el razbnamiento

d~

Sinc·chi-Rocca,

segundo Hijo del Sol, y del

~cual

brota toda la historia

. incaica.

El sistema agrario de los quichuas modernos, fuera de

los c-entros _de administr_ación nacional,

se

parece en · todo

al de sus antepasados, a ·excepción de la servidumbre· y

lo~

impuestos.

Es

por esto indispensable, para compr,ender las ·

comunidades agrícolas de nuestros tiempos, recordar de paso

el colectivismo de la anttgüedad.

\

1

*

Se lo podría ·comparar a una pirámide, formada abajo por

toda la nación y que fuera desminuyendo .gradualm·ente

hacia la cumbre del trono.

iba ·

~asa

popular se -dividía, primero, en

chuncas

o

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