Cotnun·idades de diez .siervos, bajo la
a~toridad
y
vigilancia ·
constante de un funcjonario, el
camayoc.
Diez
chuncas
ve–
cinas, o sea, di·ez familias, formaban lfna aldea,
ayllu
o
clan,
bajo las ór-denes de un
aylluca.mayoc,
investido de poderes
políticos
y
judiciales. Diez aldeas, o sean mil hogares, cons–
t~tuían
una
huaranca
o tribu, administrada por un
curaca
y
dos subalternos. Diez tr.ibps, o sean diez mil ·casas, re–
presentaban un distrito, el
hunu,
dependi·ente de un go–
bernador; . esta comunidad debía proveer diez 'mil hombres
jóvenes, sanos, robustos
y
aptos para la guerra
y
el trabajo.
Finalmente, di.ez_ de ·estos distritos o cien tribus equivalían
a una provincia poblada de un millón de habitantes apro–
ximadamente. El imperio incaico contaba con
~uatro
mi–
llones antes de sus conquistas.
Por sobre la masa pDoducbora se encontraban las diver–
sas clases ociosas
y
que
se
limitaban a disfrutar de los fru-
1
/tos dél tr.abajo colectivo popular. Entre éstos se contaban
los incapaces: niños, viudas, huérfanos, inválidos
y
guerre–
ros; ·en seguida, los jefes de tribus, de distritos
y
de pro–
vincias; los altos. di.gnatarios
y
los nobles; las vírg"enes dei
Sol, los sac·erdotes en funciones, los dioses secundarios
y
su
culto; finalmente, la augusta persona del inca
y
su familia.
Todos ·es tos privilegiados recihían una parte de las ren–
tas nacionales 'acumuladas por las c_omunidades agrícolas,
y
\
1
'
esta parte se encontraba pr.oporcionad.a al alto rango que
el beneficiado ocupara en la jerarquía piramidal.
*
El territortq, cultivado enteram·ente por el pueblo,
s~e
di–
vidía en cinco lotes: al Sol, al inca, a los nobles
y
a los in–
capaces correspondía un terreno determinado
y
res,ervado;
-- .el último se cedía a las familias de los trabajadores. ¡1Pero
cuántos obstáculos había que vencer para su ·exPlotaci-ón!
La región plana de la costa carecí-a de lluvias, siendo éstas
insuficientes e irregulares ·en las alturas interandinas, mien–
tras ·la mitad de la superficie de las tierras labrantías se
encontraba diseminada ·entre montañas a-bruptas, llenas de
rocas
y
precipicios.
Venc·er las dificultades aparentemente invencibles, impo–
ner a esa tierra ingrata una inagotable· fecundidad, he ahí
la labor ' a emprender
y
la obra maestra de los incas perua-- ·
nos.
Las poblaciones modernas disfrutan aún de las tareas
167