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ha terminado ei suréo, una pl'lolongada aclamación lo sa–
luda: el período de labranza queda a&í oficialmente abierto.
Inmediatamente los mensajeros se .dirigen a las cuatro
provincias y transmiten la noticia a las estaf.etas apostadas
cada 1,500 metros a lo largo de todos los caminos. Releván–
dose día y noche, estos correos la co·munican en · 48 horas
hasta los confines del ·reino, a 560 kilómetros de la capital. •.
Por la maña:na
de~
-tercer día, el imperio entero se en–
cuentra en los
c~mpos.
De cada localidad, aldea, villorrio,
pueblo o ciudad, la poblaci(>n sale en trajes de fiesta, y, con–
. ductda por los músicos, desde ·el Apurímac hasta las playas
del Pacífico, la nación inicia desde ·el alba las
~abares
agrí–
colas.
Anticiparse al gesto del inca habría sido un delito y
. un sacrilegio que e1 dio:s Sol se hubi·ese apresurado a castigar
con las peores
co~cha.s
para, el delincuente.
~oomo
cada clan tenía la misma extensión de terreno
para arar y sembrar' y .siendo en todas part·es igual el nú–
mero de peones, los trabajos se terminaban en todas partes
el mismo día; por esto, en el día indicado según sus cálcu-
,
lo:s, los administradores. provinciales abrían todas Ias com-
puertas de lagos 'y tranques de irrigación, y el agua
se
desli–
zaba rápidamente hacia todos los puntos del territorio.
La señal para las co:sechas era impartida igualmente por
el inca ·en otra c·eremonia. Una nueva procesión .se dirigía
al campo del Sol. Apenas la hoz de oro,
m~nej
ada por la
mano imperial, cortaba a1gunas plantas de maíz maduro,
los mensajeros partían en
~·opas
direcciones, y tres días más
tarde,. todos 1o.s
clane~
se dirigían al son . de las flautas a
los amarillos sembradas.
*
Est·e colectivismo
agrfcol~,
·con su organiza·clon en comu–
nida.qes obr,eras, fué suprimido por los ·españoles.
Lo·reemplazaron prim·ero por las "·encomiendas", sistéma
de colaboración. entre los conquistadores y los indígenas. Los
primeros se
con~
ti
tuían en instructores y defensores de los
quichuas en_ la explotación co.lonial; los segundos eran el
elementq laborioso y explotable. El
~nsayo
duró dos gene–
raciones y .fué repudiado por los indios, que no tardaron
en darse cuenta que de este modo sus tierras pasaban
a–
manos de los blancos.
Ellos
mismos se ·Con
ver~tían
casi en es–
clavos y a menudo eran víctimas de injusticias.
Se inv·entó entonces otro sistema concesionario llama-
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