· juez, sacristán, campanero, organizador de fi·estas, intenden–
te para el culto del Santo Patrón..
El convocador a ·estas sesiones perió.Q.icas dispone para
(
.
esto de una campana, trompetas, tambores y clarines.
Los tesoreros
r~egionale.s
recog·en las cuotas familiares
para la construcción y
r~epara•ción
de las obras públi,cas y
los gastos de fiestas piadosas y profanas.
Tal
es el m·ecanismo· del
colectivis.moquichua moderno.
Nos
ocupa.re·mos ahora
de su agricultura.
*
-
Su instrumento principal · es, naturalmente, el arado, t an
primitivo como ha;ce tres siglos, pero en el ·CUal
s~
han
introducido ·cambios que lo harían desconocible para sus
,antepasados incaicos. Se trata de una gruesa pértiga de
cuatro metros
qe
largo, vara para amarrar los bueyes y
bastidor para sostener la otra pieza: ésta, tallada en un
tronco de árbol y casi en ánguLo .recto, ttene un brazo in–
ferior horizontal, redondo y afilado. La otra rama vertical
sirve de mango. ¿Qué podrá hacer
sem~ejante
iná,quina, fuera
de rascar levemente la tierra?
Aun
m~s,
·Ciertos distritos se estancan todavía en la
era de la az.ada: trozos de fierro o de bronoe en formas de
_punta de lanza, de
30,
centímetros de largo, al extremo d·e
un mango de dos· m·etros. Sobre la hoja de metal se en–
cuentra incru.stw·q un travesaño de madera. Dos indios ma–
nejan
·est~
aparato. Lo empuñan a .eua tro manos y
de
un
solo golpe lo hunden vertical¡nente en la tierra; luego, mi·en–
tra.s el otro 'lo sostiene, uno de ellos se sube sobre
el
tra–
vesaño y con todo su peso se esfuerza en huridi'r -.comple–
tamren
te
la punta de fierro. Hecho ··esto, ambos inclinan el
instrumento hacia atras para levantar el terrón. Como se
ve, el s1stema es más b:ien lento, pero tiene la
v~eritaja
de
ser utilizable en
cualqui~er
terreno, por duro o abrupto que sea.
Los demás in.strum·entos agríoolas son: un azadón con
las orejas gachas y qu.e sirve para sacar patatas; .otra azada
~rapez~idal
y estrecha, en bronce endurecido, de veinte por
doce c·entímetros, para abrir pequeños su.flcos, moldearlos y
esparcir las semillas.
Oc~pase
el mismo mal).go ·en diferen–
tes ta-reas; el indio se vale de él para ab:rir hoyos, dentro
de los cuales echa dos granos de maíz, tapándolos
~n
segui–
da de un talonazo.
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