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Con una elasticidad y una agilidad casi sobrehumanas,
se le vió saltar de una roca a otra a medida que .pasaban
frente a él; gracias a verdaderas acrobacias salvó los peores
obstáculos y lleg6 sano y salvo a la otra orilla. De allí partió
al trote hacia la aldea, y al r'egreso ejecutó los mismos brin–
cos, de piedra en-piedra, f.eliz con exponer su vida al ser-
. vieio de los ministros de Dios.
.
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*
Entre los "hijos del Sol" son muchos los longevos,
y
con
fre·cuencia ·se encuentran ancianos c·entenarios. Gracias a la
robustez ·de sú organism-o, a la calma imperturbable de su
carácter y al rápido alivio de sus enfermedades, el término
med¡ o de su existencia es muy elevado, y lo sería aun más
si se acostumbraran a la higien-e, la sobri-edad
y
·el bienestar.
Antañ-o, el trabajo en las minas los diezmaba horriblemen–
te; "sin emb_arg.o -escribe un estadístico moderno-, los
abusos alcohólicos matan más
indiv~duos
en un año que las
minas de antaño en medi.o siglo".
Cuando .se produce una de.función en alguna choza
d~l
altiplano o los vanes, inmediatam·ente una joven -amiga
o vecina de la familia afectada- tr•epa a la cima de la co- ·
lin~
más cercana y desde allí entona, volv-iéndose a los _cua–
tro puntos cardinales, un himno o yaravi fúnebre. Corres–
ponde esto al doblar de las campanas, que anuncia la
desgracia a' todo el v·ecindario y ·convoca a los habitantes a
toll).ar parte en la
toilette
y
·el V·elorio del difunto.
· Estos ritos
y
los del funeral varían según las circuns–
tancias de lugar y persona. He aquí cómo se desarrona
la escena ·en las montañas de Huanta:
E·l difunto ha .pasado su enfermedad sobre U:na estera
· y vestido. Apenas eX)hala el último suspiro, se le desnuda
y rev¡ste de
u.nalarga casaca ·en tela muy tosca, sujeta
al taUe ' por ·
una cuerda de fibra. Se le coloca en la cabeza
un capuchón
~e
la misma tela amarrado al cuello, se le.
calzan sandalias nuevas o simples suelas de cuero cortadas
a la medida del pie. H·echo esto, se
~le
considera preparado
para· su última etapa en este mundo.
Durante dos días
se le dejaasí, en el suelo, mientras
parientes· y visitantes
oonvers.ana su alrededor, beben chi–
cha fabricada a toda
prisa y mascan coca o maiz tostado.
De vez en cuando, un músico toca la flauta
y
una mujer
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