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mientas, según las co8tumbres de la región. En el altiplano,
la
fami~ia
sometía el cadáver a las intensas heladas de la
noche; en la costa, se le enter·raba en un lugar perfecta–
mente seco; en otras partes, se le colocaba sobre un bra–
sero que derretía los humor·es y las grasas, las cuales eran
enjugadas apenas empezaban a destila·r; en varias partes
se le impr·egnaba de vapores de sustancias resinosas.
Para los perso11aj-es; nobles y jefes, cuyas momias
se
encuentran aún hoy en día, _la opera.ción era . muchísimo
más complicada. El
~mbalsamador
·extraía el
estóma~o
y
y
en seguida derra
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maba de,ntro de la boca dos liquidos
ama~gos -un
ca~do
espeso de quínoa
y
otro de jugo de estra–
gón-, que bañaban todo el interior. Después untaba la
epidP.rmis con materias gomosas y col-ocaba el
cadáve~
en
la postura
sent~da
que debía conservar. Para vestirlo se le
ponía un poncho
cor~o
cosido bajo las axilas, un ancho cin–
turón y una espeeie de falda de .mal¡-a de
met~l
adornada
de una franja de plumas.
· Las rodillas eran amarradas juntas bajo el mentón, los
codos se apoyaban ·en ·e.l peeho y las manos sobre el rostro.
La familia depositaba sobre la lengua del difunto una pe–
queña provisión compuesta de semtllas de algodón, algunas
judías, granos de maíz,
y
varios discos de cobre, plata u
oroque le
s~rvirian
para pagar su entrada en el otro mundo. t.Jn
gorro de paja
,o
de metal cubría e1 ·cráneo. Entre los dedos,
adornados de anillos,
se
sujetaban algunos tubos de bambú .
llenos de .tierras minerales amarillas y rojas, a fin de que
el difunto pudi·era
embelle·c~rse
y pintarse en su nueva mo–
rada.
En cuanto a los espaeios libres entre el busto
y
los miem–
bros, se les Henaban de hojas aromáticas y de algodón em–
papado en: resina derretida. Largas fajas de telas impreg-
. nadas en la misma materia cubrían y vendaban todo el
cuer~
po. Finalmente, se enfundaba ·este paquete humano en una
estera de agave, en un saco de lana o un rioeo poncho, se-
gún
~a
importancia del muerto.
·
Un bastón vertical
y
suficientemente largo, se le ama–
rraba a la
espalda~
La parte que sobre-pasaba la cabeza se
vestía como un manlquí, al cual se añadía una cabeza pos.;.
tiza con máscara
y
vestid~
aqornados de joyas: ·
El velorio duraba, más o menos, diez días. Las mujeres
se
~ortaban
el cabello; de gran duelo, la familia reci·bía· la
visita sucesiva del clan, la aldea
y
J.a tribu. Lloronas con-
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