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en
a~~
odillar.sefrente al · tri.bunal de ancianos, inclinarse
profundam·ente para recibir sobre la nuca un cordón multi–
colqr, escuchar las instrucciones
y
consejos de¡ presidente
y,
finalmente, jurar fideUdad a ias costumbres ancer.s.tvales. ·
Por la tavde tiene lugar la audiencia :púb1ica en la plaza
de la aldea prinaipal. Las mujeres, ·casadas durante los doce
meses precedentes, ofrecen a los ancianos las flores rosadas
y
·campánulas de la
chokc!Ío kopa,
que han ido a recog"er
a diez o quince kilómetros de su:s chozás, a las alturas donde .
cre•c·en; pQ.r
su
parte, los e.sposos presentan a los abuelos
i-as
ramas se·cas del
iru-ischu,
vara de flores verdosas que
·debieron buscar en las lejanaS montañas.. Insignifi·cahtes en
·si, ,estas 1:>frendas ti-enen un valor simbólico: el de Ja acti–
vidad
y
la resistencia de los esposos; por consigui-ente, son
una demostra-ción de las cualidades necesarias pa:ra asegu–
~ rar
el bienestar de su ·futura progenie.
Las !:ores se distribuy·en entre los patriareas del jura–
do; en cuanto a la paja desparram.ada por el suelo, ha
de . -·
servir de "alfombra a las esposas más viejas.
_
Inmediatamente después se inicia. la sesión solemne. Los
funcionarios que abandonan sus puestos actúan de acusa- ·
dores
y
denuncian en alta voz a los que han delinquido bajo
su magistratura: robos, escándalos, pere-za, vicios deshonro–
sos, rebeldía a la autorida·d paterna o civil, ·crueldad con
los animales, infidelidad a · las costumbres ancestra.les, son
los pecados ·capitales. T·erminada la a·cusación ofi·cial,; todo
individuo, los niños incluso, pueden aducir
~stimonios
agra–
vantes o bien revelar faltas de otros ·culpables.
Todo delito suficientemente probado recibe su inmediato
m·erecido. Los nuevos
varayocs
los apUcan a los criminales:
. una sever'a amonestaeión por las fal
t~s
con circunstancias
atenuantes; latigazos justicieramente graduados para los
demás.
Interrumpidá por la noche, la sesión s•e reanuda el do–
mingo. Infligido el oastigo al último culpable, los indios se
r
agrupan por aldeas,
y,
al sop. de las fanfarrias, ejecutan
los cantos
y
danz~
de despedida.
Enmascarados
y
disfrazados de -animales, la juventud se
div-ierte a
más
y
mejor. Algunos
~prove·chan
·el incógnito
para escapar
y
-ocultarse ·en las n;J.Ontañas, de donde regresan
al hogar, a v·ec·es al cabo de una semana. Esta fuga tiene un
nop1bre especial: "jugar al matrimonio pagano". Los culpa-
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