El valioso ejemplar de antara
al~1dido,
precede de Nazca
y
perte–
nece a la colección del finado folklorista Daniel Alomía Robles. Está
fabricado de barro cocido, y su longitud mayor mide 40 cm.
En el Museo Nacional de Lima existe otra antara, signada con el
N9 3/6775, que consta de
10
tubos, de los cuales el primero está roto
en la sección de la embocadura; pero, convenientemente restaurado con
masilla da con precisión la nota RE.
La esca la que registra este instrumento es como a continuación se
expresa:
N9 15
Es una pentafonía en el tono de RE MAYOR, con sus dos semito–
nos dispuestos entre les grados tercero y cuarto, y séptimo y octavo,
bien determinados en el instrumento, desde
el
quinto tubo hasta el
último ; las primeras notas están dispuestas para la ejecución de prelu–
dios o interludios instrumentales, como se ve por la siguiente canción
erótica, el
ppasnataqui,
que es un. génem musical, exclusivo para ser
cantado por las muchachas solteras casaderas y que hoy se acostumbra
únicamente en la ciudad de Pomacanchi y pueblos de Sangarará, Pir–
que y Ronclocan de la provincia
cuzq~1eña
de Acomayo:
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La parte cantable sale de la tesitura normal de la voz femenina o
de niño; sin embargo las indias de la mencionada región la sobrepasan,
porque se la permite su capacidad y gusto para subir la vez hasta le
inverosímil.
El aludido instrumento fué estudiado por
el
músico peruano Ma·
riano Béjar Pacheco, y es quien ha determinado la escala transcripta.
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