Ameri"cano de Música, así como en
la
Revista del Museo Nacional de
Li.nú., Tomo VIII, N9 l, del año
1939.
El autor del estudio no hace
mayores apreciaciones, y se reduce
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consignar este comentario: "Este
instrumento da cuatro sonidos, cuya disposición puede considerarse
como la de un pentáfono inca truncado en su nota
conclusiva'~.
Es
que el señor Sas, apegado también a la idea ele la pentafonía absoluta
ele la música incaica, no sospechó que la escala dada por el expresado
instrumento, no es de ninguna manera una pentafonía truncada o
mutilada, sino, como ya tengo dicho, es simple y llanamente una de
las variantes de otro sistema musical precolombino, el
tetmfónico,
que
tiene existencia independiente dentro ele la organización global de la
música nativa peruana.
Una prueba evidente de
la
admirable supervivencia de seculares
cantos indígenas, que fueron usados sin eluda desde los tiempos prehis–
pánicos, es la siguiente melodía, que corresponde exactamente al
pr~cioso
instrumento.
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N9 11
Esta es una HUANCA, o canto al Trabajo, captada en el pueblo
de Acos, capital del quinto distrito de la provincia cuzqueña de
Acomayo, y se entona al comienzo de
b
siembra ele maíz. Musical–
mente, tiene las mismas características de la melodía N9 8, por su
cuadratura fraseológica y por su compás de
9/8.
En cuanto al ritmo,
esta última, la tetrafónica, llen
antispastos
(ritmo griego)
y
una negra
punteada, en los tiempos graves, a diferencia de la anterior melodía
que lleva clitroques, tribracos (también ritmos griegos) y
negr.as'con
punto en les tiempos pesantes.
De su parte, los señores D'Harcourt, señalan en su libro ya citado,
otra antara precolombina de Nazca, de la costa peruana del Pacífico,
fabricada de arcilla, de color amarillo oscuro, de 18 cm. de longitud
y ele cinco tubos; según los indicados autores, da esta "escala muy
precisa":
Primer tubo:
Segundo
Tercer
Cuarto
Quinto
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Como se ve, la sucesión de las notas expresada, constituyen las
correspondientes a dos tetrafonías precoloniales peruanas, la primera :
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