lo otro, pero en aquellos versos está el alma de los incas, que ni el peso
del tiempo, ni el dogal de la servidumbre pudieron abatir, porque
esa alma, inmortalizada por su música, vivirá siempre, como el numen
eterno de América.
Además, hay otra fuerza de cohesión, que vincula a
l~s
naciones
sudamericanas, nacida del consorcio étnico indo-hispano, que dió por
fruto al elemento criollo, caracterizado, más que por ley fisiológica.
por la singular expresión de la música y el canto.
Pese a la indiferencia y desprecio con que tratara el colonizador al
arte indígena americano, España, al transplantar su espíritu a l!fs tierras
que conquistó, se dejó aprisionar en el alma del ·indio, y, al mismo
tiempo que naciera el mestizo, también surgió al mundo ele las artes,
esa sugestiva música criolla, envuelta en tejido de melodías peculiares,
con la urdimbre ele los
yamhues
incaicos y la trama de las trovas es–
pai'iolas.
De esa maravillosa fusión de almas, caracteres y pasiones heterogé–
neos, brotó el
)Jamví penwno
como la
vida /a aTgentina,
en cuyas natu
ralezas mágicas, las endechas del corazón fluyen más sutiles que las
alas de Cupido, dejando flotar en una atmósfera melancólica, las dulcí–
simas cadencias del cantar indio, al quejumbroso compás de la guitarra
espai'iola.
Y, sea el yaraví, o sea la viclala, las emociones vibrantes de amor,
que modulan esos cantos, tienen el mismo lenguaje y moldes idénticos,
porque los entona una sola alma: el alma criolla, y ésta es la misma,
hállese en éste o en el otro lado ele las fronteras convenciÓnales que,
aparentemente, separan a la Argentina del Perú.
¿Quién oye la música y ve bailar la marinera peruana, y oye la
música y ve bailar la zamba argentina, podrá decir que no son gemelas
esas dos expresiones del arte popular? ¿Quién no reconoce comunidad
de origen a un huayno incaico, o un bailecito boliviano y una chacarera
gaucha? ¿Quién podrá negar la exactitud de una
baguala
argentina
con una
/manca
incaica?
Si de espacio necesario dispusiera en esta ocasión, expondría una
enorme lista comparativa de las músicas, canciones y danzas de carácter
homogéneo, que pertenecen al repertorio de los pueblos argentino, pe–
ruano, boliviano y ecuatoriano, para destacar la evidencia de que el
espírin1 vital de dichos pueblos es uno e indivisible. Así, pues, expongo
por el momento, sólo algunos aspectos de las investigaciones que he
realizado hasta el presente, los cuales darán una clara idea ele
todo
cuanto someramente tengo manifestado.
106