EN BOLIVIA·
-.
las Américas nuestros antepasados•. Y a fe
que supo encarnar y conservar fielmente la
última voluntad dellegatorio y personalmen–
te cumplir con la misión difícil y sobrehuma–
na que exigía la ardua empresa de restaurar
los viejos valores despreciados y perseguidos.
Y
éste ha sido el mayor mérito del P. Herre–
ro: Restaurador de las Misiones en Bolivia.
En
1832
sa-lió el P. Herrero de Santa Ana y
fué a La Paz; había determinado de acercar–
se al Gobierno de Bolivia
.Y
referir la situa- .
ción tan menesterosa de aquellos neófitos bo–
livianos que suspiraban por padres converso–
res. El general
Santa ~ Cruz
oyó las lamenta–
ciones del P. Herrero , se hizo cargo de la
justicia de ellas. se le abonó los sínodos atra–
sados
y
se le prometió facilidades y subsidios
para viajar a Europa con el fin de colectar
Misioneros para atender las abandonadas
~i-.
siones de los ColegiOs de Tarija, Tarata, así
como las del Opto. de La Paz.
Volvió a su residencia, llevando consigo
algo con que vestir. socorrer y consolar a sus
neófitos y Misiones, que le recibieron con
alegría. Pero no duró mucho este contento,
porque al poco tiempo supieron los neófitos
que
~e
disponía de nuevo el P. Herrero a em–
prender un viaje bastante más largo
y
penoso.
Emocionante es e en a la que describe el
P. Sanz (o. c.,
22
ys.) cuando declaró abierta–
mente el P. Herrero el pensamiento que
IP.
guiaba a alejarse temporalmente de ellos: con
lágrimas en los ojos y expuesto a un fracaso·
se despide de sus indiOs y de los PP. Conver–
sores, con la esperanza algo lejana de volver
pronto y con nuevos operarios para aumen–
tar la cosecha.
17.
Despachado favorablemente por d
Gobierno de Bolivia, en especial por el mi–
nistro de Hacienda, señor Lara; por el pre–
fecto de La Paz, señor Franciséo Pinedo; por
el gobernador Ecco. y después Obispo de La
Paz, don José Manuel Indaburo, y por su ami–
go antiguo señor Francisco Sorzano, conoci–
do desde Moquegua, y con el auxilio de ·mu–
chos más, emprende el viaje a Europa a prin–
cipios del año
1834,
con la intención de des –
embarcar en España, pero ·el cólera morbo
hacía estragos en la Península y tuvo que
arribar al puerto de Génova, .de do Lde
pas.~
a Roma.
.
Sus ansias y esperanzas estaban puestas
eu
España; pero el Señor lo dispuso de ot a for–
ma, pues no pudo entrar en su patria,, ni si;
quiera, según parece, visitar a sus
famili~res.
Una vez en Roma
visj.taal Santo Padre, le ex.–
pone sus deseos
y
comisión y el Sumo
P~dre
Gregario XVI le bendijo paternalmente y le
instituyó en abril Colectador Ap.ostólic;o
c.t4
tamquam Deputatus
S. S.
colligere valeam,iiz
Italia el .alibi, de consensu Ministrorum
Prf!~
vincial um, Religio.sos viras nostri Ordin(s.,,
quos conducam in Americam ut
i~i
M.fss.f(Jrz_á-
riorum ministerio fungantur•
(37). .
.
El 20 abril
1834,
desde el histórico conve[\–
to de Araceli, escribe su
1.
3
car~a,
y
~l _
,emb.ar
carse en Génova el 25
septierr.b.r~ . {d,, . e,~.cri
be su
2.a
(redactada en latín), declarando que
no sólo .fuéle concedido ep abril plena pp–
testad para recolectar
Misio~eros
y'oluntarios
para Sudamérica, sino que
•en julio siguiente
-dice el P. Herrero en su
2.a
cart~
(Cádiz,
.1836, p. 4) -
me instituyó Prefecto Apostólic9
y
Comisarío General eJe todas las Mis.fones
·y .
Colegios de la América MeridionQl,. interiin
que el Comisario de ,Indias, residente en Ma.–
drid, reasuma otra vez la libre comunicación
con aquellas regiones•.
·
18.
En efecto, e
1 19
julio
1834
se despa–
cha en la S. Congregación de P.
F~
el
siffu.en–
te nombramiento, que lo queremos traducir
del latín, que ofrecemos en la nota, para
q~e
los lectores se formen la idea del trfispaso
y
vigencia del notable instituto del
Comisario
General de Indias residen_te en Madr{cl,
qúe
cesó
de hecho
al
p~rder Españ~ ~us
posesi.<:>–
nes en América, pero que
de derecho
pasp
~
los
Prefecto~
Apostólicos
y.
Comisarios Gene–
rales.,
como abrazo fecundo y perennede his–
panidad, siendo sus titulares y herederos
~s.pa
ñoles gigantes y franciscanos, que reorg;niza–
ron las Misiones de Am.érica y
r.~stauraroi1 ~ !a
vida de Provincias en el siglo pasado
(3~):
«Carlos María, por la g_racia de Di.o's {)bi.s–
po Prenestense, Cardenal Pe.dicini,
q
e
.r,a
S.
l.
R., Prefecto de la S. Congregación
de
P. F., etc. etc. A todos y cada uno .de los
gue
Iey~ren
las presentes
l~tras
hacemos fe
y
~tes-
.
~
.
-
.
.
·•