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2.-Los Colegios Apostólicos de Propaganda Fide de Bolivia
•
después de la Independencia
Sumario:
§
1.
0
Vida del
P.
Andrés Herrero.
14, juventud del P. Herrero. 15, Misionero de
Moquegua. 16. Prefecto de las Misiones del
Colegio. 17, Primer viaje {1834) del P. Herre–
ro a Europa. 18, Prefecto Apostólico
y
Comi–
sario
01.
de la América del Sur. 19, Segundo
viaje (1836). 20, Trabajos apostólicos
y
muer–
te del P. Herrero.
§
2.°
Colegios Apostólicos
de Bolivia.
21, Enumeración. 22, Colegio
Apostólico de Tarija y sus Misiones. 23, Co–
legio de Tarata y sus Mision es. 24, Colegio de
La Paz
y
sus Misi0nes. 25, Col egio de Sucre
y sus ·intentos de Mi sio nes. 26, Colegio de
Potosí y sus Mi sio nes.§
3.
0
Legislaciónjurí–
dica de estos Colegio s .
27, Bula de l Papa Pío
VI. 28, Estatuto s Gl es . d e la O rd en para
511S
Misiones. 29, Le tras Apostóli cas de Pío IX.
30, Estatutos particulares de cada Colegio. 31,
Reglan~ento
de Misiones acordado con la a'u–
toridad civil. 32, Conclusión de la 2.a parte.
§
l.
o
Vida del
P.
Andrés Herrero
(1783-1838)
14. El P. Andrés Herr.ero és el héroe gL
gante
y
providencial de la restauración misio–
nal-franciscana. justo es que le dediquemos
en estos apuntes algunas líneas que esclarez–
can su memoria (30).
Nacido el29 Noviembre 1783 en Arnedo
(Logroño), fueron sus padres Andrés Herre_
ro
y
Clara de las Heras, de cuyo matrimonio
nacieron siete hijos más, de los que cinco
abrazaron el estado religioso.
Nada sabemos de su juventud y educación,
así como de su noviciado
y
profesión, sólo
que en Zaragoza perfeccionó sus estudios
y
en vez de seguir otra carrera lucrativa tomó
el hábito franciscano en la Provincia seráfica
de Burgos, y a los 28 años se alistaba entre
los Misioneros voluntarios que llevó el Padre
Tadeo Ocampo, Colectador de Misioneros
para el Colegio de Moquegua, llegando a su
destino en 1810.
15. joven y robusto con ansias insaciables
de apostolado seráfico, dedícase de lleno a
agenciar las dotes precisas de caridad
y
ne–
gación de sí mismo para comprar' espiritual–
men te y
san~ificar
las almas que se le· enco–
mendaran. Empezó su apostolado por dar mi–
siones entre los fieles de la diócesis de Are–
quip a, ensayando sus actividades misipneras;
viendo los superiores con asombro las egre–
gias cualidades
d~l
P. Herrero, le mandaron
en 1813 a la'.Misión de
M
oselenes
y
allí, lejos
del mundanal ruido, tras la lápida funeraria
de lo desconocido, voluntariamente s'epulta·
do, ci esplegó su celo inco.ntenible
y
~rodiga
sus riquezas evangélicas en la adquisición de
almas para e 1cielo.
En 1815 escribe al P. Jerónimo Berdión
(31 ), Vice-Prefecto de las Misiones, dándole
cuenta de la fundacién de
Santa Ana del Be–
ni;
no bien llt!vaba dos años en la tare'a, y ya
se muestra en la carta como un misionero ve–
terano, encargando lo necesario para la inau–
guración . de la iglesia
y
casa-curato. El tam–
bién se
p1
e paró
y
aprendió la lengua mose–
tena con tal perfección que más tarde publi–
có un
Catecismo,
y ya en la expedición orga–
nizada por el P. Berdión, a la sazón
~refecto
de Moquegua {1817-20) entre los
~gdale
nos, lnicuanis, Muchanis y otras raza'S
1
·sirvió
el P. Herrero de intérprete (32).
Estaba nuestro biografiado en su
cet~tro,
ya
no pensaba más que eu ensélm har e incre-